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jueves, 26 de junio de 2014

Mordiendo al pasado…por Lilly Morgan Vilaró




De los varios argumentos que leí en las redes sociales, justificando o explicando el comportamiento del futbolista uruguayo Luis Suarez cuando este mordió por la espalda el hombro de su rival italiano en el partido del Mundial de Fútbol, hubo uno que me llamó la atención más que los otros.
Una persona que dijo haber sido maestra de Suarez en una escuela pública, justificó la mordida diciendo que el futbolista había tenido una infancia de carencias económicas que le acarrearon frustraciones que hoy día, a pesar de tener varios millones en su cuenta, afloran en los partidos que juega y provocan que muerda a sus adversarios.
Al parecer, siempre según la maestra, eso era algo que yo, dado mi “obvio” status social de clase alta, jamás podría entender por haber estado o estar, muy lejos de esas realidades de las clases sociales bajas.
Y eso explicaba el por qué yo cuestionaba el comportamiento de Suárez.
No me cierra mucho este argumento, ya que muchos de mis parientes bienudos y amigos ídem, también apoyaron o excusaron a Mordelón, aun cuando muchos de ellos, a diferencia mía, siguen teniendo un nivel económico y social que ya quisiera yo para un día de fiesta. Y no dudaron un instante en hacer causa común con el susodicho y mirarme con cara fea por atreverme a criticarlo.
El otro argumento que tampoco me cierra demasiado es el de las broncas o frustraciones acumuladas de Suarez por su infancia carenciada que justificarían sus mordidas.
Conozco a muchas personas que han tenido igual o peor infancia, y a diferencia de él, la siguen peleando todos los días, laburando de sol a sol para poder llegar a fin de mes. Ya que no cobran ni por asomo, lo que cobra Suarez.
Y no los veo andar a los mordiscones con sus vecinos o sus compañeros de profesión.
También conozco a otras personas que han tenido igual o peor infancia que Suárez, que se han deslomado laburando y han tenido la suerte, a través de su tesón, de elevar su status económico.
Algunos a casi igual nivel de millonarios, otros un poco menos, pero muchísimo mejor de lo que tenían en sus infancias. Tienen sus casas, sus autos, mandan a sus chicos a buenos colegios y todo lo que permite hacer una buena cuenta bancaria.
Tampoco los veo mordiendo a nadie, ante el menor o mayor contratiempo que se les presente. Se enojan, putean, hasta llegan a pegar un puñetazo sobre la mesa, pero morder, lo que se dice morder, no lo hacen.
Por último, en referencia a que los que venimos de una clase social y económica alta, jamás podríamos entender ni ayudar ni ponernos en el lugar de otros no tan afortunados al nacer, me gustaría señalar que si bien muchos no lo harán, ya sea porque no quieren o no pueden, hubo muchos otros que sí lo han hecho.
Ernesto Guevara, más conocido como el Che, provenía de una clase media acomodada. Fidel Castro lo mismo. La familia de Vilma Espín, la mujer de Raúl Castro, era dueña de la famosa destilería de ron Baccardi, conocido actualmente como Havana ron.
Nelson Mandela tampoco pasó privaciones económicas en su juventud. Y podría enumerar unos cuantos más, pero creo que con estos es suficiente para demostrar que el argumento esgrimido tampoco es demasiado válido que digamos.
Resumiendo: espero que si la FIFA decide sancionar a Suárez por su accionar, eso no implique que se lo expulse del Mundial. Más que nada, por lo que significaría para la moral del resto del equipo.
Creo que sí merecería una sanción, teniendo en cuenta que no es la primera vez que muerde a un contrincante.
Y antes de que me salten todos los uruguayos a la yugular, para hacer lo que Suarez le hizo al italiano, creo que también se debería sancionar a los jugadores que patean, dan codazos, agarran de los pelos al contrario, o le meten los dedos en los ojos.L.M.V.

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