Jenifer Cherro es subdirectora del liceo
61° y hace cuatro meses que se encarga de la dirección por la licencia
médica de la titular. En el Parlamento cuestionó la realidad educativa y
dijo que la "inoperancia" de Secundaria le recuerda a la puerta del
infierno en la obra de Dante Alighieri: "Abandonen toda esperanza
ustedes que entran". En entrevista con El País, explicó la realidad que
enfrenta.
Andrés Roizen
-¿Por qué planteó tan enfáticamente en el Parlamento las carencias que hay en Secundaria, la situación se hacía insostenible?
-Lo que pasa es que cuando fuimos a hablar con los
diputados en diciembre de 2012, en la propia Comisión de Educación nos
dijeron que teníamos que hacer oír nuestras voces ante Secundaria y el
Codicen; la frase que utilizaron fue `ustedes tienen que hacer barullo`,
eso me lo dijo un diputado concretamente. Pero decidimos no hacerlo,
sino ir ordenadamente y conversar con cada autoridad, hasta que vimos
que no había una voluntad de decisión y resolvimos plantear las cosas
ante la Justicia.
-¿Por qué son tan pocos los directores que se animan a cuestionar públicamente a Secundaria?
-Creo que hay miedo. Primero porque en algún momento
existió una circular que prohibía a los directores hacer declaraciones
(…) Incluso, en esto que dije y salió en El País, hay gente que me dice
`caramba, cuidado`, pero yo no estoy hablando de cosas extrañas, sino
cosas de todos los días. Pero es cierto, generalmente no hay una
tendencia a que directores o subdirectores avisen estas cosas. Igual,
todo tiene un límite, y uno se expresa con criterio y fundamento. Algo
de miedo hay, cómo no, porque uno es un funcionario y hay gente por
encima que podría tomar a mal lo que uno expresa que pasa en los
centros. Hay temor a plantear esa realidad. Pero no me quito la
responsabilidad por lo que dije y creo que lo que digo lo puede
compartir cualquier director o subdirector del país.
-Habló de "circulares permisivas", ¿a qué se refiere en concreto?
-La sociedad critica que los resultados son magros y
que hay alrededor de 33% de repetición en los alumnos, y nosotros
decimos que hay ese nivel porque detrás hay directores, subdirectores y
docentes que trabajan mucho para apuntalar a los chiquilines. Y que las
circulares de evaluación que están vigentes para ciclo básico y
bachillerato son tan permisivas que, por ejemplo, un alumno que tiene 50
o 60 faltas, o sea que faltó casi dos meses, puede llegar a pasar de
clase si tiene seis de nota en cada asignatura, algo que antes no
existía. Antes el tope era de 20 faltas. Las circulares que están
vigentes, propuestas e impuestas por las autoridades, son permisivas, y
si no estuvieran, la repetición sería de por lo menos el 70%.
-¿Muchos exceden las faltas?
-Una enorme cantidad, hay una irresponsabilidad muy
grande. Si pusiéramos una circular de evaluación en serio, estricta, que
dijera `no señor, si falta un mes queda repetidor`, la mayoría quedaría
repetidor por faltas. Los alumnos no justifican las faltas, están muy
solos. La familia es fundamental y a veces no está porque trabajan mucho
o porque no pueden.
-¿Las reglas hacen que pasen de año sin el aprendizaje necesario?
-Pero no es que en los liceos seamos benevolentes o
permisivos, digo que tratamos de acercar a los alumnos al centro para
tenerlos más protegidos y aun así los resultados son esos, incluso con
las circulares permisivas que tenemos.
-¿Cómo describe a los alumnos?
-Llegan con problemas de diversa índole, (…) la
familia a veces está muy ausente, y una familia ausente no da valores.
Con eso, los chiquilines quedan muy expuestos a los pares, a la calle y a
la televisión, y hay que tratar de acercar a los alumnos, pero a veces
los recursos no son suficientes.
-¿Cómo explica los reclamos de los directores ante la Justicia?
-Dialogamos con las autoridades, pero no hubo
voluntad de solucionar esto, por eso estamos haciendo un juicio laboral a
Secundaria. Somos unos 300 directores y subdirectores de todo el país
que reclamamos contra una determinación que ata el sueldo al tamaño del
liceo y que utiliza el cuarto grado como base para el pago de los
salarios, cosa equivocada de acuerdo al reglamento.
-La exdirectora Graciela Bianchi hizo planteos similares a los suyos, al menos en cuanto al tono. ¿Comparte usted ese estilo?
-El caso de Graciela es distinto, tiene una
trayectoria en política y ejerció un cargo, mientras yo digo hechos
concretos. Graciela tiene un estilo especial que respeto y nada de lo
que ha dicho es falso.
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