Enrique
Pereyra, panadero, confitero exitoso, pero antes jugador de fútbol y
ganador con las dos de las más tradicionales casacas de nuestro
fútbol: la de Lavalleja y la del Palermo fútbol club, en un alto
entre amasijo y amasijo, entre masas y bizcochos, en la cuadra de su
panadería, nos fue contando su historia deportiva.
Nació
en la zona de la Plaza de las Palmas el 4 de enero del año 1956,
pero con tan solo un año sus padres se vinieron a vivir a la avenida
Julio J. Martínez, cerquita de El Tenis, enfrente al barrio José
Machado, zona de influencia del equipo de los Tres Barrios, el
Lavalleja, y de él se hizo luego hincha y jugador.
Alumno
de la Escuela No. 7 Gral. Artigas, del Liceo 1, Cora Vigliola, hincha
en Montevideo de Peñarol, Enrique comenzó desde niño la práctica
del fútbol en el baby.
Lo
hizo en el Estrella del Este, el equipo de Arigoni y también en el
famoso Lyge, el equipo con nombre de marca de bicicleta, el de
recordado y querido viejo Oscar Graña que tenía su taller allá por
la calle Ángel María Rivero.
En
Baby jugó en la selección de Rocha en el primer campeonato
nacional, disputado en Montevideo en el hoy recientemente demolido
Cilindro Municipal, integrando entre otros el equipo el popular “41”
Amorín, Gerardo Corbo, el “Pato” Herley González, el “Ñoqui”
Griot y Ruben Amorín,.
También
jugó al basquebol, cuando en Rocha todavía teníamos la suerte que
había campeonatos de la Liga, lo hizo defendiendo al equipo de
Bancarios, el de Bernardo Pienica, de el “Bolita” Aldacor, de
los mellizos Montes de Oca.
Con
12 años cruza la avenida e ingresa al templo del fútbol, El Tenis,
para defender la albiverde del Lavalleja, lo hace en las famosas
cuartas divisiones de Luciano Ernesto Muniz. Con él están Pedro
Sosa, el “Cocoa” Cabral, Riverita Carrero, el golero Gargiulo, el
“Pato” González, el “Tapón” Vitancurt, la “Juanita”
González, dando los primeros pasos en el fútbol grande.
Eran
tiempos que jugaban en las tres divisiones del club, y es así que
con tan solo 15 años el técnico de la primera de Lavalleja, el
“Ofito” Egaña, lo asciende a la primera.
Al
año siguiente con la conducción técnica del viejo Nelson González,
Enrique sigue en la primera, y lo hace hasta el año 80, ganando en
esos años títulos locales y departamentales, 1978 y 1979.
De
esos tiempos recuerda como compañeros de equipo al flaco Rivera
Carrero, a Luis Ernesto Muniz, al “Ruso” Acosta, al “Cachila”
Cruz, a Ramón Sosa, al “Gusano” Pedro Dominguez, al “Tero”
Carlos Julio Revelez, al “Pepe” Ángel Dameno, al gran “Nino”
González, a “Rubito” Motta, a Roberto “Macholo” Presa, al
“Chiquilito” Raúl Cabral, al “Boca” Eduardo Rocha.
Después
de su pasaje por el equipo del barrio Machado, Enrique Pereyra y su
compadre Nelson González, el “Pato”, van a Peñarol, donde juega
un par de temporadas, en tiempos en que los aurinegros rochenses
formaran grandes planteles que llegaron a disputar una final por el
torneo de la primera división, aquella tan recordada y polémica
frente al Atlético Rocha, la que perdieron por un gol a cero, con el
“Mario Sobrero” lleno.
A
la memoria de Enrique vienen los nombres de selectos compañeros, no
solo del fútbol local, sino que también del uruguayo, ya que entre
otros vistieron la “tricolor” camiseta del Peñarol de Rocha
figuras como Carlos Rodríguez, Ruben Bareño, jugadores que
integraron seleccionados uruguayos, el carolino Osmarino Pereyra,
campeón del interior con el Atenas de San Carlos, el gran Karpo de
León, el “Cuta” Ramos, su hermano Jesús Ramos, el golero José
María Motta, Sergio “Manicera” Carrero todos jugadores de los
seleccionados rochenses, el ”Chingolo” Machado, siendo los
técnicos Bonifacio Nuñez, Oscar Graña Machado, y el peruano Juan
Joya Cordero, campeón de América y del Mundo con la casaca del
Peñarol capitalino.
En
1985, vuelve a defender al club Lavalleja en la muy recordada
liguilla de la divisional “B” donde el equipo de los Tres Barrios
obtiene el título y el ascenso. Equipo conducido técnicamente por
Walter “Cacho” Cardoso, Rivera Carrero, Albérico Cardoso, el
“Pipo” Bonilla, el “Peta” Pioli, “Magoncho” Sosa, Ramón
Sosa, Sergio Carrero, Mario Ureta.
Pasa
luego a defender la blusa del Palermo fútbol club en la temporada de
1984 y lo hace hasta el 88.
Con
el linajudo equipo de la avenida Ituzaingó, integra el equipo que
obtiene el primer título de campeones de campeones del interior en
el año 1987, aquel de Víctor Guala, de Alberto Martínez, del
“Pipo” Pérez, de Carlitos Sosa, del “Pato” González, de
Nelson Marcelo Miranda, del “Tono” Redín, del “Semilla”
Pérez, de Marcelo Pertusso, del “Pochocho” Fernández, dirigidos
por el “Cabeza” Nelson González, con el flaco Rivera Carrero
como golero suplente.
De
ese pasaje también vienen los nombres de figuras como el “Canario
“ Bello, de Daniel Iglesias, del fernandino Morales.
Por
un año deja la práctica activa del fútbol y vuelve en el 90, lo
hace en la divisional “B” defendiendo al Atlético Rocha, tiempos
de Milton Velázquez como director técnico, del “Fosforito”
García, del hoy Dr. Juan Carlos Castillos, de Del Puerto entre otros
compañeros en el equipo de la casaca xenixe.
También
jugó en el Nacional de la ciudad de Castillos, siendo uno de sus
compañeros Gerardo Herrera, y lo hizo en la Liga de Lascano, en el
Wanderers, donde iban diez jugadores de nuestra ciudad, el “Pepe”
Pérez, Luis Gómez, Marcelo Pertusso, el “Cepillo” Sergio
Correa, el “pato” Herley González, perdiendo la final por un
gol, frente a un rival que también tenía muchos jugadores
rochenses.
Estuvo
en las dos selecciones celestes, la juvenil y la mayor. En la juvenil
en 1973 con Miguel Egaña y en el 74 con el chileno Prieto.
En
la selección mayor con Bonifacio Nuñez, pero se lesionó y no pudo
jugar.
Jugó
de volante, en la selección lo hizo de número nueve, en Lavalleja
de cinco, y terminó recostadito de zaguero, de número tres, en
Palermo.
Para
él el viejo Nelson “Cabeza” González fue el mejor técnico
junto al chileno Prieto.
Las
vivencias en la otrora sede de la avenida Julio J. Martínez del
Club Lavalleja, rodeado de personajes como el “Coco” Amorín, de
Artigas Bentancort, de Juan Bentancort, del “Gordo” Cánova, de
Juan Longeau, y tantos otros recordados personajes de aquellos lindos
tiempos de los albiverdes le quedan como gratos recuerdos, igual que
los viajes a jugar a distintas localidades del departamento por los
torneos departamentales en el camión de Guillermo Canova, en la
temporada de 1979 cuando obtuvieran el título de campeones.
En
ese salpicón de gratos recuerdos surge el del partido en el
“Sobrero” donde Lavalleja debía ganarle a Irineo de Espada para
poder jugar la Liguilla, y el partido estaba empatado en un gol, y
hay penal para el albiverde, el que puede ser definitorio, lo tira
Juan María González, y el mismo pega en el palo. El viejo “Nino”,
les dice luego en el vestuario: “muchachos vine a darles una mano y
los dejé afuera de la Liguilla, no juego más al fútbol” y se
retiro con 42 el gran campeón del interior del 54.
Como
también defendiendo a la selección juvenil deben de enfrentar a la
3ª. de Nacional de Montevideo dirigida por Domingo Pérez, equipo
integrado por algunos jugadores de primera división, el técnico
rochense le pide que juegan los capitalinos con consideración, por
la gran diferencia futbolística. lo que así prometen, y se llevan
“flor de baile” ganando los celestes por tres goles a cero.
También
Enrique Pereyra ha sabido conducir equipos de primer nivel, primero
como técnico del Club Lavalleja en presidencia de Miguel Vitancurt,
haciéndolo con un plantel juvenil, luego lo hizo en el Rampla de La
Estiva en el 95, en Palermo en la temporada de 2008, también dirige
la selección de Rocha en el torneo del Este de ese mismo año, luego
nuevamente en Lavalleja, en el 2011 donde obtienen los títulos de
Copa Ciudad de Rocha y el torneo local.
En
su memoria le quedó grabado el gol que le convirtiera en el Estadio
Sobrero, sobre el final del partido, defendiendo a Lavalleja a
Moreno, el golero de Peñarol, en partido que iba empatado en un gol
y que sirviera para el triunfo de su equipo.
Para
Enrique; Karpo de León fue el mejor jugador no rochense que jugó en
nuestro medio, Juan María González, el más grande de los jugadores
rochenses.
Nos
dice sobre el final preguntado sobre su compadre el “Pato” Nelson
Herley González;
“ es un hermano de la vida y mi único amigo.”
“ es un hermano de la vida y mi único amigo.”
Al
popular “Foca” Pereyra, campeón con las dos casacas
tradicionales de nuestro fútbol, como técnico y jugador, nuestra
semblanza del día de hoy.
Junio/14
Oscar
Bruno Cedrés
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