Buscar este blog

lunes, 2 de junio de 2014

La Iglesia y la política por Leopoldo Amondarain






Siempre que se tiene éxito saltan las contras. La elección de Francisco como Sumo Pontífice trae aparejado una enorme esperanza y también, para otros, la respectiva oposición. Hay intereses en juego, no espirituales pero sí materiales de política muy menuda y yo diría que hasta despreciable por el poder y no escapamos en nuestro país a esos intereses. El diario de la Plaza Cagancha con alguno de sus escribas lo planteó en su momento con argumentos que de cristiano tenían poco y sí intereses políticos. Supongo que se deben haber dejado llevar también algunos legisladores haciendo declaraciones, yo diría que hasta aventuradas y poco respetuosas. Así esgrimieron viejos argumentos de que la Iglesia no debe meterse en política y que justamente con la elección del actual Arzobispo Monseñor Sturla ante algunas declaraciones y presencia suya en actos de izquierda llámese PIT-CNT y el acto de homenaje a los caídos en la central comunista del Paso Molino, ya estaban insinuando lo mismo que cuando Francisco se refirió a las oligarquías e intereses económicos en defensa de la clases pobres, sugiriéndolos como nuevas corrientes inclinados hacia la izquierda. Monseñor Sturla unas semanas después les tapó la boca bendiciendo un homenaje en el monumento a los soldados caídos en la casa del comandante en jefe de la época general Grafina. O sea la Iglesia no tiene izquierdas ni derechas, ella es una sola con la defensa de la vida entre otras muchas cosas. La Iglesia con su Papa Francisco acaba de lograr algo que hace décadas y no recuerdo otro hecho similar, no han podido conjugar ningún poder fático, llámese imperios con EE.UU. a la cabeza, Inglaterra, Francia, Rusia, etc. y otros intereses ya sean económicos (Wall Street) , de Estados, religiones, logias y demás enemigos tradicionales de Cristo. Reunir las cabezas de los dos representantes de países en conflicto bélico (islámicos e israelitas) e incluso la promesa de hacer próximamente en el Vaticano una oración conjunta por la paz. El entrecruce de apretón de manos es un éxito único dado por una Iglesia que no tiene intereses materiales pero que además de la salvación de las almas se preocupa por el bienestar y supervivencia digna del ser humano. Si eso no es hacer política directa o indirectamente, que Dios lo diga. No hay otro antecedente donde se de esta conjunción y con esto Francisco, hasta el hartazgo, da por liquidada las tesis de progresismo o conservadurismo. Aquí mismo en Uruguay, Sturla lo había empezado a sufrir. El hecho absurdo es que por la mera concurrencia a donde había sido invitado se le indilgara tendencias partidarias de un lado como del otro. Sin embargo los mismos que se escandalizan cuando ven la paja en el ojo contrario descuidan la viga en el propio. Viene al caso todo esto para algo que ya lo habíamos dicho que no vendría mal no obstante los esfuerzos de los fanáticos contrarios de cada sector, que las cabezas de los distintos jerarcas religiosos, y que Francisco aparentemente quiere hacer, los principales imanes del islamismo, algún rabino prominente lo mismo que los prelados protestantes, metodistas, y demás jefes de las distintas profesiones de fe (religiones) comiencen a reunirse para señalar el futuro buen camino del mundo. Supongo que allí no hay tantos intereses políticos materiales y sí políticos espirituales. La paz es un bien común que debe lograrse para todos los seres humanos sin distinciones partidarias. Vamos a no perder el tiempo escandalizándonos por si tal o cual religioso concurre a determinados sitios en aras de su salvación espiritual. Es algo que alguna prensa no va a entender jamás.


Leopoldo Amondarain
C.I. 950.556-0
Tel: 099 626 573

No hay comentarios:

Publicar un comentario