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domingo, 27 de octubre de 2013

SEMBLANZA Oscar Bruno Cedrés YOLANDA NUÑEZ de PEREZ “Glorificada mujer de nuestro fútbol”

                    Escritor y periodista Oscar Bruno Cedrés


Yolanda Nuñez de Pérez, es la esposa del recordado delantero del fútbol rochense de las décadas del cincuenta y sesenta, Erley “Cholo” Pérez.
Hincha, adicta, apasionada del fútbol, de su esposo, de su hijo, quienes supieron vestir con orgullo, clase y garra, la gloriosa casaca celeste del combinado de Rocha en las lides esteñas.
Yolanda, hija de Don Nereo Nuñez y doña Primitiva Cal, nació el 3 de marzo del año 1932, en el Barrio Marsiscano de nuestra ciudad, luego se mudó a la esquina de Río Branco hoy Batlle y Ordoñez y Rincón, donde paso su infancia y juventud.
Alumna de la Escuela de entonces “niñas” No. 2, José Pedro Varela, hincha hasta la muerte en Rocha del viejo y linajudo Palermo y en Montevideo de Peñarol.
Una vida como operadora de Antel, de los tiempos que la telefonista se sabía de memoria todos los números de los teléfonos de los clientes, ahora disfruta de sus hijos y nietos, pero siguiendo las actividades de fútbol, ahora por televisión.
Se caso con Erley Pérez el 23 de agosto de 1952, tiempos que el “Cholo” estaba jugando en la capital defendiendo al Montevideo Racing Club, el equipo de Sayago, pero al que dejó por Yolanda, su “amor”, de entonces y de siempre.
Tuvieron cuatro hijos: Graciela, Miriam, Cristina y el menor el único varón: Erley Nereo, el “Pipo”.
Luego de casarse, su esposo regreso al fútbol montevideano, pero esta vez a defender los colores negriazules del Liverpool.
Eran tiempo de gloria del fútbol de Rocha, campeones del Este cinco años consecutivos, campeones del interior del 54, varios vice del interior, muy buenos equipos en nuestro medio, y su esposo que también defendió la celeste en varios torneos y que fuera integrante en varios equipos campeones.
Ella siempre estuvo a su lado, porque al fútbol lo ama, sufre, y festeja, según venga la mano.
Tiempos que se hacía un culto familiar alrededor del combinado y de los propios clubes locales, esposas, madres, hijos, todos estaban mancomunados, detrás de los colores celestes o clubistas.
De esos tiempos Yolanda Nuñez de Pérez recuerda a grandes figuras, como al Escribano Lino E. Silvera, el presidente del Club Nacional local, un gran dirigente, un buen hombre, una gran persona.
Al “Loco” Marcelino Acosta otro gran jugador y personaje de entonces, otra gran persona, además de pintor. En las navidades Marcelino venía al hogar de Yolanda y el “Cholo” y les pintaba figuras acordes con las fiestas navideñas. Junto al “Chiquito” Rosalío Machado, Marcelino fue de las grandes amistades.
En la amena charla con Yolanda, que estaba acompañada de “Lola” la perrita del Pipo, no podía faltar el Palermo, el que le diera grandes satisfacciones como la del título de Campeones del Interior del 87 allá en Durazno, donde tuvo el privilegio de estar presente viendo a su hijo darla la vuelta olímpica como campeón con la camiseta tricolor del equipo de la Avenida Ituzaingó.
Del Palermo aquel que cuando las cosas no venían institucionalmente bien, su casa, se transformó en “sede”. Por entonces vivían en la calle Saraní al 215 y ahí sacaron adelante a su querido Club. Con comidas en el galpón, donde ella con gran tesón, empeño, les cocinaba, y donde además era el punto de reunión de los jugadores palermitanos y de los otros clubes. Yolanda lo perpetúa con emoción, diciéndonos “que lindos tiempos y que bien se pasaba”.
De esos tiempos recuerda entre otros muchos al “Cacho” Píriz, al recordado y querido “Charrúa” García y la “Pacha”. El “Charrúa”, cartero de oficio, era el kinesiólogo del Palermo y de los seleccionados rochenses.
Hoy una foto colgada al lado de su cama, de la delantera del Nacional campeón del 58,que recuerda el pasaje de su esposo filas albas, allí están Roberto Acosta, Marito y Juan María González, el “Cacho” de los Santos junto al “Cholo”.
Como también le quedó una muy conmovedora y emotiva carta que le escribiera otro gran dirigente de nuestro fútbol con el que los unía una gran amistad, Juan J. Nogueira Sosa, quien además fuera compañero del “Cholo” en Irineo de Espada.
Hoy un nieto, Gonzalo Martínez defiende los colores del River Plate, y un sobrino nieto Oscar Velázquez, los del Deportivo Tabaré, mientras su hijo “Pipo” desempeña funciones en las Escuelitas Municipales de Fútbol, y fue el director técnico del seleccionado rochense vice campeón del interior sub 18 de la presente temporada.
Su hija Graciela, como en tiempos del “Cholo” sigue siendo socia del club Liverpool capitalino, y el “Pipo” hincha de los negriazules, para seguir recordando sus pasos.
Yolanda Estela Nuñez de Pérez, una de las tantas mujeres anónimas que fueron baluarte indispensable, casi imprescindibles, de aquellos héroes deportivos de Rocha de las décadas del cincuenta y del sesenta, merecía esta semblanza como agradecimiento y recordación a esa invalorable función simultánea de esposa y madre de esos gladiadores
Setiembre/13
Oscar Bruno Cedrés


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