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miércoles, 27 de noviembre de 2013

JUAN CARLOS FERNANDEZ: “Y A B U R Ú”. Por Julio Dornel.

                                                 Escritor y periodista Julio Dornel

                                                                          "YABURÚ"



No soñaba que pudiera estar en el “combinado” local o departamental y mucho menos que un día se tomara la O.N.D.A. con destino a la capital del país para pasear su señorío en el profesionalismo. No era un virtuoso para el “driblen”, pero se adueñó del área de muchas instituciones poniendo el alma en cada intervención, para ligarlo definitivamente a los grandes triunfos del fútbol rochense. Resulta difícil trazar los perfiles de “Yaburú” cuando nos encontramos con tantos títulos acumulados en dos décadas de fútbol, por lo cual el diálogo pretendido se transforma en monólogo: “En realidad comenzamos a jugar en cuadros escolares de la ciudad de Castillos, puesto que la edad no nos permitía alternar en las inferiores, hasta que “Lito” el técnico de Nacional nos da la oportunidad de alternar con Jesús Ramos, consagrado años más tarde en el fútbol departamental. Posteriormente y radicados en San Miguel integramos alineaciones escolares con Marquito, Amarilla, Carral, los Pérez, y Yamandú Arrarte entre otros, jugando con la luz de la luna en varias oportunidades. Cuando llegamos a Chuy, debutamos en la cancha de la Corea, con un grupo de amigos entre los que recordamos al hermano de Piyinga, y el alemán Chico. Ya en el fútbol organizado nuestro primer equipo fue Peñarol de Chuy, con el Tornillo Decuadra y Roberto Rocha, en una reserva que dirigía el carpintero Aladi Pereyra. Viene luego el Wanders del Gordo Roberto, Etchartea y Apolinario. Sin embargo el pasaje del fútbol informal al fútbol organizado por llamarlo de alguna manera, nos trajo algunas dificultades. La libertad que teníamos en aquellos amistosos sin mayores compromisos fue desapareciendo lentamente. Éramos conscientes de que nuestra llegada a Nacional tenía una significación especial y debíamos aprovecharla. Era el mejor equipo de la frontera con jugadores de la talla del Pato Lima, Landeco Alvez, Wilson Priliac, Pocho Bobadilla, Osvaldiño Alvez, Pototo Cardoso, Paulo Priliac, Guisi Fernández y los hermanos Mena. Llegó a la selección de la mano de Pipo Graña en 1973 obteniendo el título de campeón departamental, siendo citado para la selección de Rocha que participaría en el Torneo del Este”. Yaburú detiene su relato, y ordena su memoria cuando se trata de relatar su pasaje por el profesionalismo. “El primero que me habló fue el armenio Sergio Arakelian, en oportunidad de disputar un encuentro contra Canelones.. Por recomendación de Wilkins Machado al contratista Hugo Merlino, vamos a Cerro y luego practicamos en Sudamérica y regresamos a Chuy al no concretarse nada positivo para nuestros intereses. Nuevas gestiones y volvemos practicar en Danubio dirigido por el técnico Roberto Scarone. Integramos un numeroso plantel de aspirantes (30) del que quedamos finalmente Daniel Torres y nosotros. Alternaban en aquel equipo Perrone, Castillos, Moreira, Korseniac, y Lorenzo Carrac. Llega luego don Raúl Betancur y nos baja a tercera, apareciendo un contratista brasileño que representaba a un club que resultó ser el Cruzeiro de Bello Horizonte. Danubio nos otorga 15 días para viajar a Brasil para practicar y estudiar las condiciones del pase. “Terminaba el torneo brasileño y tuvimos que integrarnos al plantel, practicando fuerte durante 15 días, en un buen ambiente y donde se destacaba por su influencia Wilson Piazza, acompañado por Plasman, Neliño, Meneses, Wanderley, Ze Carlos, Dyrceu, Batata, Paliña, y Tostao cuya base logró el campeonato de América. Como pasaban los días y el pase no se concretaba, hablamos con el presidente Furletti, quien nos dijo que Danubio había complicado la operación con un precio fuera de mercado. Volvimos a Uruguay y el “Pulpa Etchamendi nos aconseja hacer la pretemporada en Wanders que posteriormente nos llevaría al fútbol de Colombia cosa que tampoco se concretó”. De esta manera llega a los 37 y abandona el fútbol, siendo todavía uno de los mayores cinco del fútbol rochense, que bautizaron con el apodo de “·YABURU” por su parecido con un moreno de excelentes condiciones que había llegado a Nacional recomendado por el brasileño Celio Tabeira Filho.

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