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jueves, 28 de noviembre de 2013

Tras una vida de mujeres y timba, se ordenó sacerdote a los 53 años


El Padre Omar sintió el llamado al salir del casino de La Paloma


Omar Elespe, ex panadero, amigo de la noche, de los juegos de azar y del Carnaval, fue ordenado sacerdote, a los 53 años, en una ceremonia que reunió a centenares de amigos y familiares, el pasado domingo en la pequeña parroquia de Vichadero.

Omar Elespe durante la ceremonia dominical en la que fue ordenado sacerdote.Archivo El País.
Vichadero | Freddy Fernández
El País
 
"Timba, mujeres y tabaco" fueron la constante de los primeros 28 años de vida de Omar Elespe. Un día, en plena crisis existencial, fue hasta la Gruta de Lourdes, "donde lloré como loco, pidiéndole a Dios que si existía, lo quería conocer. Desde el estiércol, clamé y lo encontré, y el Señor me liberó. A partir de ahí comenzaron a pasar cosas que fueron cambiando mi vida", asegura.
Su juventud, como él mismo admite, "fue muy superficial: una vida marcada por el fútbol, los bailes, las mujeres, el tabaco y la timba. Reconozco que destrocé la vida de muchas muchachas buenas. Hoy daría la mía para pedir perdón por el daño que les hice".

Encuentro.

Fue una noche, en La Paloma, cuando salía del casino tras haber perdido todo el dinero que llevaba, que se cruzó en su camino el gordo Willy, "un músico evangélico, que me habló de Jesús. Creo que falleció. No pude darle las gracias por todo lo que hizo por mí", dice.
Después de ese encuentro providencial, "unas semanas después fui a la parroquia del Cordón, en Montevideo, donde encontré a una comunidad que me mostró al Cristo vivo, al Señor que va haciendo procesos en ti. Que nos lleva de la mano". De esa etapa, "en dos personas pretendo resumir a todos los que me ayudaron. Ellos son los sacerdotes Alfonso Vidal, y mi querido amigo Luis Nogara. Este último me enseñó a vivir".
Habían transcurrido cuatro años de aquella noche en La Paloma. Después de un año de reflexión personal le dijo al Padre Nogara: "Me está pasando esto. Siento que se me está planteando el camino del sacerdocio. Entonces, para mi sorpresa, me dijo: `Toda la comunidad ya se dio cuenta, solo faltabas tú`".
De ahí en adelante, comenzó una nueva peripecia vital, no exenta de dificultades.

Fundido.

Llegar a la ordenación sacerdotal no fue tan fácil. En su camino se cruzaron el drama familiar, la crisis financiera y la murga.
Omar ingresó al seminario en 1994 (ese año murió su madre Elida Clavijo; dos años después, falleció su padre). Desde ese momento, pasaron cosas muy complicadas. Su hermana ingresó en una etapa depresiva, y la panadería familiar en Montevideo, La Mendocina, comenzó a fundirse.
Esa situación, y "algunos problemas puntuales que tuve con algunos formadores que entendían que no tenía pasta para sacerdote", lo llevaron a dejar transitoriamente su formación religiosa.
En el transcurso de ese proceso, Nicolás Cotugno fue nombrado Arzobispo de Montevideo, en 1998. "Un día vino a mi casa, llegó a la panadería en momentos que estaba amasando pizzas y me dijo: `Volvé al seminario`.
Cuando se reincorporó al seminario, en 2004, habían pasado ocho años en ese interregno. Fue ordenado diácono -un grado inferior al sacerdocio- y el destino lo llevó a Tacuarembó, en donde se radicó en la Capilla de Fátima, a pocos metros del club Central, sede donde concentraban "Los Auténticos Pierrots".
La tentación fue demasiado fuerte. Lo invitaron a formar parte de la murga, y aceptó.
"Mi ingreso a la murga tiene que ver con mi historia", contó. "Yo soy montevideano y siempre viví el Carnaval de una forma muy intensa porque los vecinos de Piedras Blancas nos juntábamos en el corso e íbamos mamando la fiesta".
Varios aficionados carnavaleros, que disfrutaron de las actuaciones del Padre Omar en Tacuarembó, asistieron el domingo a su ordenación sacerdotal, la primera en la parroquia de Vichadero. Culminada la celebración, se compartió un asado de vaquillona en el salón parroquial.

Asfalto y boliche

En la síntesis biográfica que comparte con 614 amigos en Facebook, el Padre Omar consigna que estudió "en la Universidad del Asfalto y del Boliche". Aficionado a la red social, el día después de su ordenación se levantó temprano, tomó mate y se conectó a Facebook, "como hago siempre".

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