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martes, 26 de noviembre de 2013

Los oráculos intelectuales de la derecha Esteban Valenti



En este país nadie quiere ser de derecha, mucho menos en el ambiente intelectual y todavía menos si se viene de la izquierda. Pero que los hay, los hay. Un caso muy claro es el del politólogo Adolfo Garcé. Se ha ido transformando en el oráculo de Delfos de la derecha, desde El País, El Observador y varios medios electrónicos.

El último ejemplo, concluyente y transparente es el reportaje publicado el pasado 18 de noviembre en el suplemento de El Pais, Economía y Mercado. (Ver texto completo al final de esta nota)
Bajo el título en portada "Para 2014 el gran desafío de Tabaré Vázquez será "calmar a la izquierda" se despacha sobre todo a diestra sobre los más diversos temas, pero se concentra en convencer a los cruzados blancos y colorados que pueden ganar Montevideo bajo las banderas mancomunadas de ambos partidos, sin muchos argumentos ni mucho rigor académico por cierto, simplemente recurriendo a sus predicciones.
Así nos anuncia su inapelable vaticinio: "Es probable que el Frente Amplio (FA) pierda en la capital, hay una probabilidad ligeramente mayor para la oposición. Para los partidos que se agruparán en la Concertación, va a ser sencillo pararse ante la ciudadanía y decirles: ¿25 años no son demasiado?; ¿ante los resultados a la vista, no habrá que probar con otra cosa? Sobre todo, cuando el electorado montevideano hace rato que da señales de cansancio y mal humor"
Los partidos de la Concertación pueden estar tranquilos que les será fácil pararse ante la ciudadanía con un argumento tan potente como el que sugiere Garcé y pasarle por encima a las ideas de izquierda, progresistas, a la cultura dominante en la capital y olvidarse de la historia política nacional y metropolitana. Lo dice el oráculo. Amén.
Pero desde lo alto de su templo académico, y como ya hizo con otros temas en reciente libro sobre el Partido Comunista, se despacha sobre otros varios aspectos políticos.
"Me pregunto con qué candidato nos vamos a encontrar; ¿jugará a la defensiva, reivindicando su gestión y defendiendo la actual, o veremos a un Tabaré nuevamente "invitando a soñar", tratando de volver a encantar a la opinión pública? Es muy probable que no salga solamente a defender al pasado, porque ese discurso lo llevaría a comprar muchos problemas. No me sorprendería que insistiera en otros asuntos en los que ha estado menos presente. Con un discurso más en sintonía con el clima predominante en la interna, que es el de un nuevo concepto de desarrollo, innovación, ciencia y tecnología, etc. Lo imagino con un discurso de futuro, alejándose discreta pero sensiblemente del libreto astorista, tan cercano en el pasado."
Y sigue con pasión de converso por esa línea.
"El Astorismo es una estrella que se va apagando poco a poco" (Titula El País sin poder ocultar sus deseos más íntimos expuestos en su Editorial publicado el mismo día del reportaje a Garcé) Y que también podrán encontrar al final de esta nota. En mi época eso se llamaba una campaña...
El periodista le pregunta a Garcé y como no podía ser de otra manera:
"-¿Qué lugar ocupará el Frente Líber Seregni en el escenario político del próximo período? "
"El astorismo es como una estrella que se va apagando de a poco. Fue extraordinariamente influyente en el primer gobierno, un poco menos en el segundo y seguirá descendiendo su incidencia en el tercero, en una suave pendiente por la que va a seguir perdiendo influencia.
"De todos modos, hay algunas ideas que impuso la corriente de pensamiento de Astori que han sido integradas al discurso de otros sectores y también por parte del pre candidato presidencial, como la disciplina en las cuentas, el orden en el manejo macroeconómico, etc."
"Además, hay algunas figuras en el gobierno, de las que difícilmente se pueda prescindir, como por ejemplo, Mario Bergara o Fernando Lorenzo. Dicho esto, insisto en que el sector como tal, va a tener menos peso en la interna y en un eventual nuevo período"
No voy a negar que tengo una visión interesada, directamente interesada como militante del FA y en especial del FLS. Lo que nuestro oráculo no percibe es un pequeño detalle, que el FLS, su crecimiento o decadencia electoral tiene directa relación con la votación del conjunto del FA, porque se ha demostrado en otras elecciones, en todos los estudios de opinión pública de estos años, que es una de las principales puertas de entrada y por lo tanto de salida de votantes del Frente Amplio. O en realidad Garcé lo percibe perfectamente y expresa sus profundos deseos.
Sus afirmaciones no se compadecen de todas las encuestas sobre intención de voto en la interna del FA que colocan en primer lugar al FLS y el PS. Esos no son insumos para las pitonisas que recurren a otras técnicas mucho más adivinatorias y por lo tanto precisas. Una mezcla de deseos y de olfato.
Sus predicciones "académicas" no consideran siquiera que en las elecciones internas donde se eligió a la presidenta del Frente Amplio y se voto a padrón abierto por los diferentes sectores, el FLS fue la primera fuerza. Y esto sucedió este año.
Todas estos augurios están amparado seguramente por haber sido un predictor de la candidatura de José Mujica a la presidencia de la República y su posible triunfo en el año 2009. Fácil para Sagitario cuando las encuestas, que ahora desprecia olímpicamente, le daban una ventaja en la interna de dos votos contra uno sobre Astori, pero que al final terminaron en 52% a 40% en las elecciones internas del 2009. Así cualquiera nos ilumina con su sabiduría y su vaticinios.
Podría tratarse simplemente del más libre juego de las predicciones políticas y cada uno tiene el derecho a tomarlas como oro colado o como una opinión más, el problema es más complejo, es de objetivos. Porque debajo de las predicciones se le nota las patas a la sota, rechonchas, varicosas, inocultables: la derrota de la izquierda.
Cualquier analista serio, realmente académico, independiente de sus opiniones actuales y pasadas, de las culpas que se considera obligado a sacrificar en los altares periodísticos de la derecha, sabe perfectamente que para que el Frente Amplio gane tiene que presentar una amplio espectro de mensajes claros a la ciudadanía y a diversos sectores sociales, culturales e ideológicos. Esa ha sido su mayor capacidad política y programática.
No es casual que parte importante de la campaña electoral del 2009 se iniciara con la designación por parte de Tabaré Vázquez de Danilo Astori como su seguro ministro de Economía y Finanzas. ¿En estos 9 años de gobiernos de izquierda, esto se ha reforzado o debilitado? ¿Esta conducción de la política económica y social de la izquierda uruguaya le ha dado resultado o ha sido un fracaso?
El editorial de El País, casi un eco de Garcé, nos quiere convencer que ha sido una pura y total casualidad, pero lamentablemente para ellos no es lo que piensa la gran mayoría de los uruguayos, frenteamplistas, blancos, colorados e independientes. Hablan las encuestas, y cualquier conversación de boliche o en un cumpleaños de 15. Y en todo el país, no solo en Montevideo.
Esa conducción le dio grandes resultados a la izquierda, desde el punto de vista de la economía, de su impacto de los indicadores sociales y laborales y sobre todo en la política. Sin esos resultados la izquierda hoy, y al finalizar el primer gobierno de Vázquez, no tendría los altos índices de apoyo ciudadano, ni seguiría siendo el primer partido del país. Por lejos y mal que le pese a El País y a Garcé.
Es posible que desde la altura de su templo sepa mucho más que nosotros, los comunes mortales y esto le permita ver el horizonte político a su antojo, a tal nivel que ya le está designando a Vázquez su compañero de fórmula y si lo dejan su gabinete y hasta sus edecanes.
Nunca tan cierto aquella vieja frase de la sabiduría griega: "No es lo mismo ser profundo que haberse venido abajo"
(*) Periodista, escritor, director de Bitácora y UYPRESS. Uruguay
ENCUESTAS
Al no poseer las capacidades del oráculo debo recurrir a métodos más terrenales, las encuestas de intención de voto y otras nimiedades:
ULTIMO INFORME DE EQUIPOS MORI - Octubre 2013
SECTORES DEL FRENTE AMPLIO DENTRO DE ELECTORADO FRENTEAMPLISTA- (promedios bimestrales)

Frente Liber Seregni 8%
Partido Socialista 7%
MPP 6%
Partido Comunista 3%
Compromiso Frenteamplista (R. Sendic) 2%
Vertiente Artiguista 1%
Otros 1%
No sabe No contesta 16%

Pregunta: De los siguientes sectores del Frente Amplio ¿A cuál se siente más cercano?
ULTIMO INFORME DE FACTUM - Octubre 2013

ELECCIONES INTERNAS DEL FRENTE AMPLIO 22-6-12
FRENTE LIBER SEREGNI ( 3 listas) 24.80%
MPP Lista 609 19.98%
PARTIDO SOCIALISTA Lista 90 19.68%
LISTA 1001 13.12%
FRENTE UNIDO 775005 7.02 %
RAUL SENDIC 711 4.48%
LIGA FEDERAL 1813 3.06%
CAP-L 7373 2.31%
PVP 567 2.11%

Votaron en total por los partidos y grupos 129.254 frenteamplistas, un 11% aproximadamente de los votantes totales del FA en las elecciones nacionales en el 2009.
Obviamente estos datos son siempre menos importantes que las artes adivinatorias de los oráculos académicos...

PORTADA DIARIO EL PAIS
18/11/2013
Página 1

Sendic será el compañero de fórmula de Vázquez.
EL CANDIDATO A PRIMER MANDATARIO SE ALEJARÁ SENSIBLEMENTE DEL LIBRETO ASTORISTA

El politólogo Adolfo Garcé expresó que la elección del compañero de fórmula de Tabaré Vázquez es un elemento clave entre los temas pendientes del Frente Amplio. Quien ocupe la vicepresidencia representará más a las corrientes de izquierda y de centro del espectro político de la coalición.
El vice debe tener una buena relación con el presidente, a quien no le van a imponer un nombre, con comunistas y tupamaros y además, representar el pensamiento neodesarrollista instalado en el centro del partido. El que mejor cumple con todas esas condiciones es, sin dudas, Raúl Sendic.

SUPLEMENTO ECONOMIA Y MERCADO (EL PAIS)

ENTREVISTA
18/11/2013
Página 4


Entrevista. Para 2014 el gran desafío de Tabaré Vázquez será "calmar a la izquierda"

Si Jorge Larrañaga triunfa, los herreristas tendrán la duda de acompañar o mirar hacia Pedro Bordaberry. Un aspirante a mandatario no puede estar todo el tiempo sin responder los desafíos que le lanzan desde la oposición.
Luis Custodio
Para el Dr. Adolfo Garcé, si Tabaré Vázquez desarrolla una estrategia "a la defensiva" tendrá problemas. Lo imagina tomando distancia del libreto astorista, cuya influencia será menor en el próximo período. Sostuvo que el ex mandatario tendrá que rendir cuentas de la gestión de Mujica. Advirtió que hay que poner atención a lo que denominó "guión programático" que surja del congreso del Frente Amplio. A continuación, un resumen de la entrevista.
-¿Ya entramos formalmente en campaña electoral?
-Cuando dentro de un año y medio escribamos la historia de este período, se pondrá como fecha de inicio, el momento en que el ex mandatario dijo "seré candidato". El 7 de agosto pasado, alejó las especulaciones. Ese es el inicio oficial, porque hasta que no se despejara la principal incógnita, los actores no podían instrumentar sus estrategias. Una cosa es el Frente Amplio con Vázquez y otra sin él.
-De todos modos, la probabilidad de que no aceptara era muy baja?
-Cierto. Me recuerda lo que dijo Mujica hace mucho tiempo, previo a definir su presencia en las elecciones: "me siento más preso ahora que en el aljibe". Los políticos reciben muchas presiones y realmente tienen un margen de maniobra estrecho. Y cuando centenares de miles de personas esperan que se defina, ¿cómo hace para mantenerse inalterable? Además, creo que le encanta ese rol. Dominar el tablero de comando, tomar decisiones. Ya lo hizo y lo hizo bien, y teniendo en cuenta la fuerte demanda y su perfil, era muy difícil decir que no.
Cuestión de estilos

-Es un rasgo de la personalidad política del ex presidente que genera irritación en un sector del electorado afín?
-Hay 700 mil u 800 mil personas que lo apoyan, pero algunos no se sienten completamente a gusto con su estilo verticalista, ligeramente autoritario, que contrasta fuertemente con el más abierto e igualitarista de Mujica. Hay otros elementos en esa lista, como su edad, la línea económica que impulsó en su firme alianza con Danilo Astori, las relaciones con Estados Unidos. Todo eso ha generado molestias o irritaciones que en el fondo ayudan a entender lo más sorprendente que ocurrió este año dentro de esa fuerza política, que es la irrupción de Constanza Moreira como precandidata.
-Vázquez basó su estrategia en enfrentar una crisis muy dura del país; Mujica anunció la profundización de los cambios iniciados; ¿cuál será la clave en la búsqueda de un tercer mandato?
-Me pregunto con qué candidato nos vamos a encontrar; ¿jugará a la defensiva, reivindicando su gestión y defendiendo la actual, o veremos a un Tabaré nuevamente "invitando a soñar", tratando de volver a encantar a la opinión pública? Es muy probable que no salga solamente a defender al pasado, porque ese discurso lo llevaría a comprar muchos problemas. No me sorprendería que insistiera en otros asuntos en los que ha estado menos presente. Con un discurso más en sintonía con el clima predominante en la interna, que es el de un nuevo concepto de desarrollo, innovación, ciencia y tecnología, etc. Lo imagino con un discurso de futuro, alejándose discreta pero sensiblemente del libreto astorista, tan cercano en el pasado.
-¿Alejándose de Mujica también?
-Sí, probablemente, pero eso se da naturalmente, en la propia acción política. Cada vez que aparezca se va a notar, sin que intente reforzar sus diferencias. Aunque tampoco puede, en tanto candidato del oficialismo, hacer una campaña muy crítica del gobierno anterior. Tendrá que rendir cuentas por la gestión de su sucesor, de la misma forma que lo debe hacer por su propia gestión. Es el representante del partido que lleva ya nueve años gobernando y deberá hacerse cargo.
Cuando se discuta de educación, tendrá que mirar a las cámaras y decir si estuvo bien o mal con la Ley de Educación que promovió en su administración. Y deberá hacer referencia a los esfuerzos que hizo Mujica por encaminar los acuerdos partidarios y a la frustración de los fracasos en ese terreno. Y no podrá esquivar hablar de inseguridad, y argumentar sobre la propuesta a plebiscitar acerca de la rebaja de la edad de imputabilidad. Quizás evite debatir, pero hay temas de los que va a tener que hablar.
Hablar poco

-No es sencillo moverlo de su zona de confort?
-Es cierto, habla poco y guionado, administra con paciencia de homeópata sus intervenciones públicas. Eso contrasta con la "canilla libre" del actual mandatario, aunque los niveles de popularidad de ambos son muy similares a esta altura de la gestión. Pero un presidenciable, por más ventaja que tenga, no puede estar todo el tiempo sin responder algunos de los desafíos que le lance la oposición.
Y aún si pudiera estar un año casi sin hablar, no debería, porque la democracia bien entendida es otra cosa. Se trata de que los políticos hablen, que digan lo que piensan, sin usar la calculadora.
-Deberá hacer una campaña distinta a la de 2004?
-En aquel momento era "lo nuevo", hoy es el oficialista. Además, cuando surgió, Vázquez era "la voz de la izquierda", y ya no lo es. Después de cinco años de gestión, es un ex presidente centrista candidato de un partido de izquierda. Eso lo coloca en desafíos distintos. En 2004 tenía que conquistar el centro, pero en 2014 su gran desafío es calmar a la izquierda. Que Constanza Moreira no crezca demasiado y que en el Congreso del Frente Amplio de los próximos días no le hagan un libreto "demasiado de izquierda".
El programa manda
-¿Cuánto incide el programa que surja del Congreso en la propuesta electoral?
-En Uruguay todavía existe la cultura de que los políticos no se sienten totalmente libres de hacer lo que quieran, hay que cumplir con el programa y eso es muy sano. Los políticos reciben un mandato, un guión que lo escriben -en este caso- los militantes y dirigentes de su partido. Vale recordar que Vázquez no pudo firmar un tratado de libre comercio con Estados Unidos porque el programa se lo impedía, y tuvo que poner la marcha atrás. Va a ser muy importante observar lo que ocurre en el próximo fin de semana, luego de meses de discusiones internas y en las que, a mi juicio, pese a lo que opinan otros colegas, no se ha configurado un programa "astorista". Es mucho más cercano a un concepto neo desarrollista, que habla de impuestos, de distribución de la riqueza, y que no pone tanto énfasis en reglas de juego y estabilidad. Además, en el Congreso van a aparecer algunas restricciones adicionales de parte de emepepistas y comunistas, que tienen gran peso en ese ámbito. Hay que estar atentos a esta instancia y a otras "piedras" que desde los sectores más a la izquierda se puedan cargar a la mochila del presidenciable.
Constanza y el voto
-¿Los votos que logre Moreira en la interna tendrán alguna incidencia en el futuro de la propuesta frenteamplista?
-Es un factor importante para la definición estratégica del Frente Amplio. Pero, de entrada, ya tuvo que desandar el camino que la llevó a ese lugar, donde confrontó con el ex presidente. La foto del Plenario de hace pocas semanas, que la muestra abrazada al otro candidato es muy fuerte, cuando durante semanas y semanas se la escuchó con un discurso muy crítico. No sé qué pensarán ahora las personas que la observaban como una alternativa. Un cálculo sensato es que Moreira obtenga cerca de un 10% de la interna frenteamplista, que son aproximadamente unos 40 mil votos. Eso sería una muy buena votación, que la dejaría razonablemente cerca de ser reelecta senadora en octubre.
-¿Cuánto pesarán los últimos temas considerados controversiales para el gobierno en la campaña que se inicia?
-En un platillo de la balanza estará el impacto del tema Pluna, de las leyes declaradas inconstitucionales, del intento de despenalización de la venta de marihuana, todos asuntos polémicos.
En el otro plato, tiene a favor una buena situación económica y las certezas que otorga Vázquez para una porción del electorado. Creo que pesará más el costo de gobernar y por tanto, el Frente Amplio volverá a perder votos en relación a la elección anterior.
Puja blanca

-¿Vislumbra que Larrañaga podrá mantenerse despegado de Lacalle Pou, como muestran las encuestas?
-El gran despegue de Larrañaga ya pasó, fue en 2003-2004. Después perdió la interna con Lacalle, en parte por sus propios errores, por haber abandonado su discurso de choque con el gobierno frenteamplista. En agosto de 2008 empezó con los encuentros con Mujica y dio señales difíciles de decodificar por sus electores. Pero en los dos últimos años, desde que se alejó del gobierno cuando denunció el incumplimiento del acuerdo educativo, se plantó muy fuerte en la interna blanca.
Además, en el período de pases, si bien perdió algunos nombres importantes, ganó más de lo que no pudo retener. Me sorprendería mucho que pierda la interna blanca. Ahora, si Luis Lacalle Pou pierde la interna pero hace un buen papel, conquistando cerca del 40% de los votos, habrá experimentado un momento extraordinario de su vida política. Creo que es muy difícil que logre ganarle a Larrañaga, pero se ubicaría muy bien de futuro. Todo esto hace a una interna muy competitiva que le favorece enormemente al partido para ubicarse en el segundo lugar en la puja partidaria.
-¿Qué va a pasar con el partido una vez que haya un solo candidato, si es Larrañaga?
-Los que querían a Lacalle Pou, ¿se quedan, o miran hacia el Partido Colorado? Mi hipótesis es que, luego de las internas, es esperable un emparejamiento entre estos dos partidos, dado que si se da el triunfo de Larrañaga, para mucho elector herrerista la tentación de votar por Bordaberry será enorme, ya que la zona de coincidencia entre el discurso de Vamos Uruguay y el herrerismo tradicional es muy grande.
Empuje colorado

-¿Tiene posibilidades Pedro Bordaberry de seguir creciendo en lo electoral?
-En el terreno discursivo ya mostró sus cartas. Demostró que se mueve como pez en el agua en las campañas electorales y sus antecedentes en ese sentido han sido muy buenos en las dos elecciones anteriores, con un muy buen manejo del marketing político. En el discurso se quedó con la mayor parte del enorme botín político que es el tema de la inseguridad. Tendrá esa bandera para enarbolar en cada oportunidad que se presente.
Por otra parte, creo que tiene claro que no puede hablar solo de seguridad, y está refiriéndose a educación, a economía, áreas en las que ya viene incursionando. Es probable que lo veamos crecer nuevamente. En el análisis político se instaló la frase de que "Pedro tiene techo". Yo creo que no es así, no más que otros candidatos, y si mi interpretación es correcta, en un año habrá sorprendido a más de uno.
Es probable que el Frente Amplio pierda en Montevideo
-¿Es posible separar las estrategias electorales de forma de rivalizar en lo nacional e ir juntos en lo departamental, como harán blancos y colorados en la capital?
-Habrá una dura disputa por el segundo puesto a nivel nacional. Probablemente haya balotaje y se planteará un escenario de cooperación. Pero rápidamente deberán pasar a una coordinación mayor en Montevideo, de cara a mayo, donde irán con el lema Partido de la Concertación.
Se juegan mucho allí. Cuando en un gobierno "todo va bien", el votante renueva el crédito. Cuando la cosa no va bien, la gente mira hacia la oposición. Si allí no hay nada, sigue votando al mismo, aunque esté disconforme. Pero cuando observa que aparece otra propuesta, que hay ganas de asumir un cambio de rumbo, puede verse tentado a probar en otras tiendas.
-¿Cuál es el escenario más factible?
-Es probable que el Frente Amplio (FA) pierda en la capital, hay una probabilidad ligeramente mayor para la oposición. Para los partidos que se agruparán en la Concertación, va a ser sencillo pararse ante la ciudadanía y decirles: ¿25 años no son demasiado?; ¿ante los resultados a la vista, no habrá que probar con otra cosa? Sobre todo, cuando el electorado montevideano hace rato que da señales de cansancio y mal humor.
El FA tendrá que hacer un esfuerzo extraordinario para ganar. Desde lo programático, es complejo prometer cosas que en algunos casos ya prometió y no se pudieron cumplir. Como contrapartida, no es nada difícil argumentar desde la oposición ante este escenario.
Será una elección interesante, donde habrá que poner argumentos sobre la mesa, van a tener que salir, de un lado y del otro, a convencer a la gente.
-¿La experiencia es replicable en otros niveles electorales?
-Si la Concertación gana, el Partido Nacional y el Partido Colorado tendrán a su frente la alternativa de una mayor coordinación para las elecciones de 2019, como vía para desplazar al actual oficialismo. Dichos partidos deberán definir qué pasos dar en forma coordinada, si quieren maximizar su chance. Parece absurdo, si muestran tantos puntos en común, que estén todo el tiempo compitiendo por el segundo lugar.
El Astorismo es una estrella que se va apagando poco a poco
-¿Qué lugar ocupará el Frente Líber Seregni en el escenario político del próximo período?
-El astorismo es como una estrella que se va apagando de a poco. Fue extraordinariamente influyente en el primer gobierno, un poco menos en el segundo y seguirá descendiendo su incidencia en el tercero, en una suave pendiente por la que va a seguir perdiendo influencia.
De todos modos, hay algunas ideas que impuso la corriente de pensamiento de Astori que han sido integradas al discurso de otros sectores y también por parte del pre candidato presidencial, como la disciplina en las cuentas, el orden en el manejo macroeconómico, etc.
Además, hay algunas figuras en el gobierno, de las que difícilmente se pueda prescindir, como por ejemplo, Mario Bergara o Fernando Lorenzo. Dicho esto, insisto en que el sector como tal, va a tener menos peso en la interna y en un eventual nuevo período.
No me lo imagino al FLS creciendo, como sí todo indica que crecerá el Partido Socialista, o la lista al Senado que encabezará Sendic, y como es altamente probable, tendremos una reducción del poder político y el caudal electoral del MPP.
-Hay coincidencia entre los analistas en considerar que el papel de Astori como vicepresidente fue muy relevante; ¿a quién observa en ese lugar para la próxima elección?
-Es un elemento clave entre los temas pendientes de la fuerza política. Aunque está instalado aquello de que no es muy importante, para mí lo es y el rol de Astori así lo demostró.
Ese pleito, que ya está instalado hace largo rato, va a ser fundamental, y si pasa lo que yo creo que va a pasar, habrá una fórmula donde quien ocupe este lugar representará más a las corrientes de izquierda y de centro del espectro político de la coalición. El vice tiene que ser una persona que se lleve bien con Tabaré Vázquez, a quien no le van a imponer un nombre; alguien que tenga una buena relación con comunistas y tupamaros; y además, que represente el pensamiento que yo llamo neo-desarrollista, que está instalado en el centro de la coalición de izquierda. El que mejor cumple con todas esas condiciones es, sin dudas, Raúl Sendic.
Ficha técnica
Adolfo Garcé, 48 años, es Doctorado en Ciencias Sociales con Especialización en Ciencia Política; Licenciado y Magíster en Ciencia Política. Se desempeña como Profesor e Investigador en Régimen de Dedicación Total en la Facultad de Ciencias Sociales y en la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración. Desde marzo de 2009 integra el Sistema Nacional de Investigadores (Nivel 1). Desde el año 2010 es también Editor de la Revista Uruguaya de Ciencia Política.

DIARIO EL PAIS
EDITORIAL
18/11/2013

Página 13
El mito del astorismo
Uno de los argumentos más conocidos para destacar el aporte del ala moderada astorista en el Frente Amplio es su manejo profesional de la economía. Sin su protagonismo, se dice, todo podría ser peor. Con él, se alega, hay garantías para todos.
En tal sentido se destaca siempre el manejo de la deuda pública, con vencimientos escalonados y bien pensados en el largo plazo. Parece mentira que ese sea un gran aporte astorista. Porque, ¿cómo no administrar así la deuda pública, si en todos estos años las tasas de interés en Estados Unidos han estado por el piso y sabido es que los capitales han viajado por todo el mundo, ávidos de mayor rentabilidad? Pocas veces hubo tanta facilidad para endeudarse como en esta coyuntura que se mantiene desde hace una década. Este manejo de la deuda no es entonces mérito particular del astorismo: cualquiera con un poco de criterio (eso excluye al kirchnerismo y al chavismo) lo hubiera logrado sin problemas.
Es que, en realidad, el protagonismo del astorismo es muy deficitario, como lo muestran varios ejemplos.
El manejo de Pluna ha dejado en claro los errores y horrores del equipo astorista de gobierno. El problema no es solamente el valioso tiempo perdido en resolver la crisis, las sospechas de connivencias de funcionarios públicos que favorecieron a ciertas empresas en desmedro de otras, o las ventajas que notorios abogados obtuvieron suculentos honorarios. Es, sobre todo, el enorme costo que todos los uruguayos tendremos que terminar pagando por el tema Pluna que, por supuesto, no comienza con su cierre en el invierno de 2012, sino que toma origen en el proceso por el cual el astorismo arregla con la empresa de Campiani, en pleno gobierno de Vázquez. Es una cifra difícil de calcular, pero que nunca bajará de cuatrocientos millones de dólares (el equivalente a dos planes de emergencia social de 2005).
El manejo de los proyectos de participación pública- privada ha sido un fiasco. Aquí es protagonista Economía, claro está, pero también un ministerio astorista clave como es el de Transporte y Obras Públicas. Absolutamente nada relevante se ha llevado adelante en materia de infraestructura para mejorar la competitividad del país. En todos estos años, el astorismo no ha mejorado las rutas, ni los ferrocarriles, ni las terminales portuarias, ni tampoco los costos vinculados a la energía o a las comunicaciones. Y todos sabemos lo importante que son estos temas en la ecuación de negocios de las empresas.
Cierto es que ha crecido la inversión productiva. Pero, ¿es por causa del buen manejo específico de la economía por el astorismo? De vuelta: si se trata de premiar a la izquierda por no conducir políticas populistas como en Argentina o en Venezuela, efectivamente, el astorismo ha sido protagonista. Pero eso es ser muy poco exigente. La verdad es que la inversión llegó al país cuando se multiplicó también para distintos destinos, por las bajas tasas de interés en el mundo. Y también, cuando dieron frutos principales medidas de los años noventa: ley de puertos, liberalización en la agropecuaria e industrialización de la madera, entre otras.
Allí donde se hacía necesario el protagonismo astorista, brilló por su ausencia. El gasto público aumentó como nunca, por ejemplo, pero no hubo una exigencia acorde de parte del astorismo para que la enseñanza pública mejorara sus servicios o para que el Estado efectivamente fuera más eficiente. El astorismo tampoco mejoró el manejo de Ancap, que ha perdido decenas de millones de dólares en ALUR y que se ha transformado en un monstruo que invierte en sectores económicos que nada tienen que ver con sus funciones esenciales. El astorismo tampoco ha frenado los desbordes sindicales: allí está la figura penal sobre accidentes de trabajo recientemente adoptada por presión del Sunca, que tendrá consecuencias negativas en el nivel de empleo.
Comparado con los radicales de la izquierda, naturalmente, el astorismo se destaca. Pero en sí, cuando se lo compara con los otros cuadros de los otros partidos capaces de conducir la economía, el astorismo presenta un balance de gestión realmente mediocre. En los años de mayor bonanza en la historia del país no pudieron con Pluna, ni con la infraestructura, ni con la eficiencia del Estado. ¿Se imagina su ineptitud si hubiera estado al mando del país en la debacle de 2002?

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