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domingo, 22 de septiembre de 2013

Twitter:uruguayos no famosos con 145 mil seguidores

A la fama con 140 caracteres

Entre jugadores de la selección y cantantes internacionales, Fernando Bruccoleri y Laura Corvalán se cuelan en el ranking de los uruguayos más exitosos en Twitter.

Tomer Urwicz
De pantuflas, pijama o jogging, así se pasean los uruguayos que se hicieron famosos a través de Twitter. Casualidad o no, los dos que adquirieron más éxito en la red social sin ser celebridades mediáticas trabajan desde su casa, viven en el interior, hablan de tecnología, con el tiempo se volvieron más ermitaños y tienen una visión similar del mundo de los 140 caracteres.
Entre los diez uruguayos con más seguidores está Fernando Bruccoleri (@ferbruccoleri), y si se saca de la lista a los jugadores de la selección de fútbol y a Jorge Drexler es el primero en figurar. Hoy tiene a más de 145 mil usuarios que lo leen y su caudal aumenta a un promedio de 400 nuevos contactos por día.
Para la envidia de las grandes multinacionales este joven tiene solo 24 años. Hasta hace unos meses era desempleado (hoy trabaja en el Departamento de Marketing de un empresa de encomiendas con sede en Miami) y su salto a la fama se produjo hace poco más de un año, cuando entrevistó a través de la Red a la DJ holandesa Kate Orange.
Fue a principios de 2012. Vio una canción de esta artista por Internet y decidió contactarla. Para su sorpresa, no sólo obtuvo respuesta de la celebridad, sino que al subir el video con la grabación de la entrevista a su canal de YouTube la repercusión fue abrumadora: más de 170 mil reproducciones en pocos días. ¿Por qué no tuitear esa entrevista?, pensó. Lo hizo y la cantidad de seguidores creció en miles y consiguió más que los que tenía la propia DJ.
Claro que antes de este baño de estrellato, Fernando ya tenía un contacto fluido con el mundo de Internet. Hijo de uruguayos, nacido en Argentina y radicado en San José cuando comenzó la escuela, este maragato (así se siente) era un apasionado de los videojuegos. De hecho el castigo que le impartían sus padres, cuando se portaba mal, era quitarle el Family o el Nintendo. De chico quería ser veterinario "por amor a los animales". Un primo suyo, justamente veterinario de profesión, le pidió que lo ayudase con el relevamiento lechero en unas planillas de computadora, cuando tenía solo 12 años. Ese fue su primer contacto con una PC, hasta que la máquina llegó a su casa.
Desde entonces su futuro estuvo vinculado a la informática. Al término del Ciclo Básico se anotó en el Bachillerato Tecnológico de UTU, en San José, pero por falta de inscriptos el curso se transformó en mecánica automotriz. Fernando decidió darse de baja e inscribirse en el liceo departamental para hacer quinto Humanístico y sexto Derecho (porque esas materias le resultaban más fáciles), siempre con la idea de hacer algún estudio terciario en computación. Pero no terminó Secundaria.
Hoy la computadora no sólo es su herramienta de trabajo, sino también su principal compañía durante varias horas de la jornada. Pero a diferencia de lo que se puede pensar, solo tuitea una o dos veces por día. "Sí contesto los mensajes, retuiteo, converso y trato de probar los mejores horarios para no aburrir y saber que más gente me leerá", cuenta. Por ahora los mayores resultados los logró al mediodía y a la hora de la cena.
¿Sobre qué tuitea? Su éxito se debe a que brinda un contenido de valor y de interés para algunos usuarios. Escribe sobre tecnología, lanzamientos y entretenimiento, publica fotografías curiosas y entrevistas que hace con famosos de la música y de las tecnologías de la información, con datos de interés para un público mayoritariamente joven y de fuera de fronteras. De hecho, sus primeros seguidores los incorporó por Linkedin (la red social laboral por excelencia) y son casi todos asiáticos.
Por eso en un comienzo escribía en inglés y español. Luego se aferró solo al español y crecieron sus contactos latinos.
"No emito comentarios ni intento generar polémica, no hablo de fútbol ni de política", dice como tips. Y si bien le da una impronta humana a sus mensajes, no escribe sobre su vida privada, no se saca fotos cuando va "al baño" ni hace alusiones al estado del tiempo. En definitiva, busca generar un espacio en el que se aporte contenido, en el que "Twitter sea una herramienta positiva y no de negatividad y catarsis como se ve en Uruguay".
Su mirada está puesta en las tendencias del entretenimiento anglosajón. Su sueño es "trabajar haciendo entrevistas, opinando y asesorando a famosos desde un enfoque internacional", admite. Y además Twitter le dio salida laboral y le permitió, incluso, manejar las redes sociales de una campaña publicitaria de Pepsi.
Lo curioso, para algunos, es que Fernando no usa su celular para tuitear. Tiene un Motorola C115 que lo destina "solo para llamadas y mensajes de texto", dice. Este comportamiento, su baja cantidad de tuits al día, la falta de listas en las que divide a sus seguidores, hace que en un ambiente competitivo (como lo es el de Twitter) haya desconfiados.
"Debe usar programas que buscan seguidores automáticos, lo que no me molesta pero sería bueno que lo blanquee", dice Laura Corvalán, la uruguaya que está novena y es la primera "no famosa" en el ranking de Klout Score (el uso efectivo de la cuenta, en donde se cuenta el efecto que provoca cada tuit, los comentarios, los retuits y otras variables).
Laura (41) automatiza parte de su tarea, aunque no para conseguir seguidores. En su caso sabe que el público que lee sus comentarios sobre tecnología está más bien encendido en la mañana, en un horario en el que ella no está muy disponible (trabaja en la consultoría y asesorando a empresas y gobiernos sobre el uso de redes sociales). Por eso todas las noches deja programados en una aplicación algunos tuits para las primeras horas del día siguiente.
Tuitea entre diez y quince mensajes por día. No más para "no saturar y tener tiempo de conversar con sus seguidores" que la conocen como "@p0nja". Es que a diferencia de Fernando que usa su nombre como usuario, Laura prefiere un seudónimo que se asocia a sus rasgos asiáticos y que era como solían llamarla. "Quizás es una cuestión generacional, estoy acostumbrada a que en la Red uno se pone sobrenombres", cuenta.
Ella también es una vieja usuaria informática. Tiene computadora desde los ocho años, cuando muy pocos accedían a estos equipos. No sabe bien el motivo, pero la compra de computadoras era una constante en su casa y por eso ni bien salió Twitter se hizo una cuenta y se "metió de lleno" en 2008, además de participar en varias redes sociales.
Hoy vive en Colonia, aunque la universidad en Comunicación la cursó en Buenos Aires. Trabaja en su casa de pijama y a lo sumo sale a dar conferencias o a reuniones. Es que Twitter, en este sentido, le "permitió manejar sus propios tiempos y no trabajar de lunes a viernes, ocho horas, dentro de una oficina". Se fue volviendo más ermitaña, admite, y hay días que conversa con más gente en las redes sociales que en la vida real.
Dentro de sus más de 15 mil seguidores, además de políticos y periodistas, tiene a usuarios que la han reconocido por la calle. De hecho, el agrimensor que le midió su lote en Colonia es un seguidor.
Es que sin proponérselo @p0nja y @ferbruccoleri saltaron a la fama a base de un máximo de 140 caracteres.

TIPS

Consejos de experto para lograr el verdadero éxito

Diego Forlán (@DiegoForlan7) es, por lejos, el uruguayo con más seguidores en Twitter, con una cifra cercana a los 4 millones. Sin embargo, Jorge Drexler (@drexlerjorge) es quien hace un uso más efectivo de su cuenta y se posiciona como el mejor Klout Score del país, con un puntaje de 83 (se calcula en base a un algoritmo que mide cantidad de retuits, efecto en otras redes sociales, favoritos y otros datos). Y si bien el éxito de estas dos celebridades se debe en parte a que son figuras públicas con o sin Twitter, hay algunas recetas para mejorar la participación en la red, explica Diego Ventura, ejecutivo en AdSocia, empresa encargada del ranking latinoamericano.
-Generar un contenido de valor e ir específicamente a un nicho de usuarios interesados en esa información; agregar siempre aspectos novedosos.
-Escuchar al otro. Es preferible no hacer de Twitter un monólogo, sino conversar, seguir a otras personas o marcas, retuitear y marcar favoritos.
-Tener cierta estabilidad en escribir, sin saturar con un número muy elevado de mensajes diarios pero intentando marcar presencia.
-Conocer los horarios en los que su público está más activo en la Red, para tuitear en ese momento. Por lo general, los tiempos de descanso (a diferencia de lo que sugieren los médicos) son en los que se encuentra a más gente: el primer contacto con el celular en la mañana, el almuerzo y la cena. Y también aprovechar los instantes: si hay un apagón muy masivo en medio de una transmisión televisiva u ocurre una catástrofe.
-Introducir hashtag, es decir una etiqueta que ordena la información precedida por el símbolo numeral (#).
-Saber que Twitter es una red muy asociada a una franja socioeconómica que es la que accede a celulares inteligentes. En Uruguay actualmente hay unos 600 mil de estos equipos y siete de cada diez planes nuevos son de Smarthphones.

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