Subrayado
La senadora del Espacio 609 necesita los actos conjuntos con Tabaré para legitimar su candidatura, pero al mismo tiempo necesita distanciarse del líder a través del debate
La
precandidata a la Presidencia Constanza Moreira tiene a maltraer a sus
colegas del Frente Amplio. Hoy, los diarios El País y El Observador dedican
destacadas notas a su condición de francotiradora. En ambas recuerdan
que acordó con Tabaré Vazquez una campaña “tranquila y solidaria”, pero
en los últimos días ha levantado con insistencia la bandera de un
debate. “Quiero debatir con Tabaré Vázquez. Soy firme partidaria de los
debates”, escribió en su cuenta de Twitter.
"Jamás haría campaña contra Tabaré", dijo en un acto desarrollado en noviembre. Sin embargo, para ganar puntos Moreira necesita perfilarse, instancias que subrayen sus diferencias con el expresidente, las cuales son muchas y evidentes.
El cambio se dio luego de aceptar un “tratado de paz” que incluyó la presencia conjunta en una serie de actos conmemorativos de los 45 años del Frente Amplio.
El primero de esos actos conjuntos tuvo como eje la imputabilidad de los menores infractores, uno de los asuntos con los que la oposición pretende golpear al gobierno. Allí se los vio juntos, sonrientes, aplaudiendo a la audiencia.
Para Constanza Moreira esos actos conjuntos son fundamentales en su plan de campaña. Estar en el mismo escenario con Vázquez significa una legitimación de su candidatura. El primero, que iba a realizarse el 6 de febrero, aniversario del primer acto de masas del FA, no se pudo realizar por mal tiempo. Debe ser reprogramado pero no hay fecha. El operador de Constanza ante la mesa política del FA, Carlos Coitiño (PVP) ha planteado en más de una ocasión la necesidad de no abandonar la idea del acto que se iba a realizar en Piriápolis.
El otro gran acto de masas será el 26 de marzo, cuando se celebre el aniversario del acuerdo que dio origen a la coalición de izquierda en 1971.
Allí serán oradores Vázquez, Moreira y la presidenta del Frente Amplio, Mónica Xavier.
Más allá de estas demostraciones de unidad, Constanza puso en práctica una estrategia de confrontación de ideas con Vázquez en busca de una mayor visibilidad.
Las diferencias en ese sentido son notables. Tabaré es la figura excluyente de la política uruguaya, mientras que Constanza es una figura embrionaria.
Una encuesta de Equipos Mori de octubre de 2013 indicó que el 53% de los uruguayos no la conoce. Tal vez eso haya cambiado un poco en estos meses, pero no en un guarismo decisivo.
El escaso rechazo que despierta Vázquez entre los frenteamplistas(menos del 10%) también le juega en contra. En esos resquicios es que la precandidata se apoya para plantar bandera y dejar establecidos algunos asuntos que el expresidente busca soslayar porque son conflictivos.
Seguramente Moreira querrá hablar con Vázquez de las estrategias internacionales. Por ejemplo, la firma de un eventual Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, o la búsqueda de mayor cercanía con los países de la Alianza del Pacífico, un acuerdo que avanza mejor y más rápido que el Mercosur, formado por países en crecimiento (Colombia, Perú, Chile) y con economías complementarias a Uruguay.
Los seguidores de Moreira ya han comenzado a dejar pintadas en los muros de Montevideo que evidencian un rechazo a estas estrategias de las que son claros partidarios Vázquez y el actual vicepresidente Danilo Astori, a quien muchos señalan nuevamente como una carta fundamental en la estrategia del expresidente.
Moreira sabe que hay muchos frenteamplistas molestos con Vázquez por estas y otras posturas. Muchos son jóvenes que no se sienten representados por la actual cúpula. Pero también se trata de viejos militantes que durante esos años votaron al Frente y sostuvieron banderas que han sido dejadas de lado para mantener los equilibrios políticos en el poder.
Entre ellos Moreira buscará dejar en evidencia el talante conservador de Tabaré Vázquez en asuntos como el aborto, un asunto aprobado en este períod y que fue bajado de la agenda en 2008 luego del verto presidencial.
Otro flanco para Moreira -menos atractivo, seguramente- es dejar en evidencia los cambios de matiz en la opinión de Vázquez con respecto al consumo de marihuana, sobre todo desde que se aprobó la regulación del consumo, cultivo y distribución como forma de atacar al narcotráfico.
En su argumentación a favor de la ley antitabaco, Vázquez se pronunció contra el consumo de todas las drogas, pero ahora plantea ir mucho más allá y se ha pronunciado a favor de analizar la despenalización de drogas duras como la cocaína.
PELEAS CON SU PADRINO. Pese a que ingresó a la política bajo su padrinazgo, esta semana tildó de “machista” al presidente José Mujica en un programa de TV.
Mujica fue el primer líder que puso el nombre de Moreira en la agenda pública. Ante la falta de recambio generacional en el Frente Amplio, el actual presidente nombró a Moreira como una de las más seductoras presencias de las nuevas generaciones de militantes. De hecho, la propuso como potencial presidenta del Frente Amplio, algo que no prosperó.
Ya anticipó que no será compañera de fórmula si es que, como se prevé, pierda las internas con Vázquez. “Hay sumas que restan y esta es una de ellas”, opinó Moreira, politóloga de 53 años, electa legisladora por la coalición Espacio 609.
Sus posiciones públicas cada vez la han alejado más de su sector político. Una prueba de ello es que sólo el Partido por la Victoria del Pueblo -un grupo de escaso peso- apoya su candidatura presidencial.
El MPP ya anunció que apoyará a su adversario, y lo mismo hizo el Partido Comunista, un sector con el que coincidió mucho más que con sus socios políticos.
Durante este período como senadora ha puesto incómodo en más de una ocasión al Ministro de Defensa Eleuterio Fernández Huidobro. Su firme pedido de reducción de las Fuerzas Armadas y el retiro de los contingentes de paz de Naciones Unidas son algunas de las banderas que desajustan la de por sí tensa relación entre militares y Frente Amplio en el poder.
"Jamás haría campaña contra Tabaré", dijo en un acto desarrollado en noviembre. Sin embargo, para ganar puntos Moreira necesita perfilarse, instancias que subrayen sus diferencias con el expresidente, las cuales son muchas y evidentes.
El cambio se dio luego de aceptar un “tratado de paz” que incluyó la presencia conjunta en una serie de actos conmemorativos de los 45 años del Frente Amplio.
El primero de esos actos conjuntos tuvo como eje la imputabilidad de los menores infractores, uno de los asuntos con los que la oposición pretende golpear al gobierno. Allí se los vio juntos, sonrientes, aplaudiendo a la audiencia.
Para Constanza Moreira esos actos conjuntos son fundamentales en su plan de campaña. Estar en el mismo escenario con Vázquez significa una legitimación de su candidatura. El primero, que iba a realizarse el 6 de febrero, aniversario del primer acto de masas del FA, no se pudo realizar por mal tiempo. Debe ser reprogramado pero no hay fecha. El operador de Constanza ante la mesa política del FA, Carlos Coitiño (PVP) ha planteado en más de una ocasión la necesidad de no abandonar la idea del acto que se iba a realizar en Piriápolis.
El otro gran acto de masas será el 26 de marzo, cuando se celebre el aniversario del acuerdo que dio origen a la coalición de izquierda en 1971.
Allí serán oradores Vázquez, Moreira y la presidenta del Frente Amplio, Mónica Xavier.
Más allá de estas demostraciones de unidad, Constanza puso en práctica una estrategia de confrontación de ideas con Vázquez en busca de una mayor visibilidad.
Las diferencias en ese sentido son notables. Tabaré es la figura excluyente de la política uruguaya, mientras que Constanza es una figura embrionaria.
Una encuesta de Equipos Mori de octubre de 2013 indicó que el 53% de los uruguayos no la conoce. Tal vez eso haya cambiado un poco en estos meses, pero no en un guarismo decisivo.
El escaso rechazo que despierta Vázquez entre los frenteamplistas(menos del 10%) también le juega en contra. En esos resquicios es que la precandidata se apoya para plantar bandera y dejar establecidos algunos asuntos que el expresidente busca soslayar porque son conflictivos.
Seguramente Moreira querrá hablar con Vázquez de las estrategias internacionales. Por ejemplo, la firma de un eventual Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, o la búsqueda de mayor cercanía con los países de la Alianza del Pacífico, un acuerdo que avanza mejor y más rápido que el Mercosur, formado por países en crecimiento (Colombia, Perú, Chile) y con economías complementarias a Uruguay.
Los seguidores de Moreira ya han comenzado a dejar pintadas en los muros de Montevideo que evidencian un rechazo a estas estrategias de las que son claros partidarios Vázquez y el actual vicepresidente Danilo Astori, a quien muchos señalan nuevamente como una carta fundamental en la estrategia del expresidente.
Moreira sabe que hay muchos frenteamplistas molestos con Vázquez por estas y otras posturas. Muchos son jóvenes que no se sienten representados por la actual cúpula. Pero también se trata de viejos militantes que durante esos años votaron al Frente y sostuvieron banderas que han sido dejadas de lado para mantener los equilibrios políticos en el poder.
Entre ellos Moreira buscará dejar en evidencia el talante conservador de Tabaré Vázquez en asuntos como el aborto, un asunto aprobado en este períod y que fue bajado de la agenda en 2008 luego del verto presidencial.
Otro flanco para Moreira -menos atractivo, seguramente- es dejar en evidencia los cambios de matiz en la opinión de Vázquez con respecto al consumo de marihuana, sobre todo desde que se aprobó la regulación del consumo, cultivo y distribución como forma de atacar al narcotráfico.
En su argumentación a favor de la ley antitabaco, Vázquez se pronunció contra el consumo de todas las drogas, pero ahora plantea ir mucho más allá y se ha pronunciado a favor de analizar la despenalización de drogas duras como la cocaína.
PELEAS CON SU PADRINO. Pese a que ingresó a la política bajo su padrinazgo, esta semana tildó de “machista” al presidente José Mujica en un programa de TV.
Mujica fue el primer líder que puso el nombre de Moreira en la agenda pública. Ante la falta de recambio generacional en el Frente Amplio, el actual presidente nombró a Moreira como una de las más seductoras presencias de las nuevas generaciones de militantes. De hecho, la propuso como potencial presidenta del Frente Amplio, algo que no prosperó.
Ya anticipó que no será compañera de fórmula si es que, como se prevé, pierda las internas con Vázquez. “Hay sumas que restan y esta es una de ellas”, opinó Moreira, politóloga de 53 años, electa legisladora por la coalición Espacio 609.
Sus posiciones públicas cada vez la han alejado más de su sector político. Una prueba de ello es que sólo el Partido por la Victoria del Pueblo -un grupo de escaso peso- apoya su candidatura presidencial.
El MPP ya anunció que apoyará a su adversario, y lo mismo hizo el Partido Comunista, un sector con el que coincidió mucho más que con sus socios políticos.
Durante este período como senadora ha puesto incómodo en más de una ocasión al Ministro de Defensa Eleuterio Fernández Huidobro. Su firme pedido de reducción de las Fuerzas Armadas y el retiro de los contingentes de paz de Naciones Unidas son algunas de las banderas que desajustan la de por sí tensa relación entre militares y Frente Amplio en el poder.
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