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viernes, 20 de diciembre de 2013

Canjeó casa por tumba para que sobrinos no la hereden


Municipio le permitió elegir su nicho y decorarlo

Un hombre de 83 años ofreció al municipio de Villa del Carmen cambiar su casa por un nicho para evitar que el bien sea heredado por sus sobrinos. El municipio aceptó y el anciano vecino ya está remodelando la que será su última morada.

En casa que canjeó al municipio, Francia disfruta del jardín que cuida con esmero. Foto:Victor Rodriguez
DURAZNO | VICTOR D. RODRÍGUEZ
 
Elbio Florencio Francia es un vecino de Villa del Carmen, tiene 83 años y es el protagonista de una historia en que los misterios de la muerte y los problemas de la vida se encuentran en la última morada.
Desde hace varias décadas vive en soledad en una pequeña casa de la villa, avaluada en unos US$ 20.000. Desde su soledad resolvió que ningún familiar que lo sobreviva tendrá derechos sobre su propiedad.
Un día se decidió, tomó los documentos que demuestran que es propietarios de la casa y caminó las cuatro cuadras que lo separan del municipio carmense. Su objetivo era plantearle al alcalde un "negocio"muy particular: cambiar al municipio la casa de su propiedad por un nicho en el cementerio carmense.
El planteo sorprendió al alcalde, Nuber Medina, que extrañado, pero respetando la decisión irrevocable del vecino, trasladó el tema a los Concejales y luego al gobierno departamental (Junta e Intendencia), del que dependen.
"Fue una decisión pensando en la última morada", dijo el hombre a El País. Don Florencio tiene dos sobrinos, quienes heredarían la propiedad al momento de su fallecimiento.
Su intención no es dejárselas a ellos, sino tener la tranquilidad de contar con un nicho propio donde descansar tras su muerte y que nadie de la familia acceda a sus bienes. "Yo lo que quiero es que mis sobrinos no intervengan para nada el día que yo falte", dice. Y asevera que "ellos nunca han mostrado interés en mi persona".
El nicho que se le ha dispuesto y que él mismo eligió, es lindero al que fuera de sus padres cuyos restos fueron trasladados a los urnarios nuevos. "Está muy lindo, ese me sirve, y hasta le hice unos retoques adentro, trasladando incluso a su interior pertenencias de mi difunta familia".
"Después que nos marchemos de este mundo terrenal en que vivimos, sea poco o mucho lo que hayamos cosechado en esta vida, para mí la muerte es un sueño eterno. El alma parece que no muere, Dios nos encamina hacia lo que merecemos. Todo hombre en la vida es pecador, yo lo soy, somos muy tentados", comenta a El País.

CAMPO.

"Siempre dije que iba a tener una casa para mí con agua corriente (potable), parral y aljibe", sostuvo. Francia se desempeñó toda la vida en el campo realizando tareas en la propiedad que heredó de sus padres. "Venidos los años, decidí comprar esta casita que anteriormente fue propiedad de unos amigos, allá por el año 1985", comenta. Se siente "más feliz" de cuando estaba en campaña. "Cuando empecé a tener mayor edad planeé pasar el resto de mi vida tranquilo, acá en esta casa que siempre soñé".
A sus 83 años, disfruta mucho de la lectura y la astrología. Cuando mira televisión y algo le interesa, realiza anotaciones en una cuadernola. "Todo lo que me llama la atención, como un poema o una frase agradable".
Sus días pasan en tranquilidad y su sueño de que se haga de sus posesiones después de su muerte está definido. Con la firma de los documentos con el Municipio de Villa del Carmen, lo que según dice, le da la tranquilidad necesaria, disfrutando el "día a día" entre el parral, el agua de aljibe y el bien cuidado jardín de su humilde y ante último hogar.

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