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miércoles, 25 de diciembre de 2013

Palacio Salvo:"No dejen morir un ícono de la ciudad"

Sus habitantes pagarán el doble de gastos para enfrentar la deuda con la imm

Los accionistas del Palacio Salvo están dispuestos a ajustarse los cinturones para pagar sus deudas con la Intendencia. Sin embargo, el edificio también necesita de los apoyos del Estado para poder seguir siendo un ícono de la ciudad de Montevideo.



La torre de Antel parece "chiquita" a lo lejos. Y el actual administrador del Salvo asegura que el edificio, en el que vive desde hace 45 años, sigue siendo "el más alto de la ciudad". La geografía parece darle la razón: el ícono montevideano está sobre una elevación de la Cuchilla Grande y la vista desde su bovedilla, ahora sin la antena de Canal 4 que terminó de desmontarse el año pasado, es tan majestuosa como temeraria.
García Viera (75) fue durante más de una década secretario de la Comisión de Patrimonio Histórico. También presidente del Archivo General de la Nación. Y ya estuvo en la "cima" del Salvo en otras oportunidades. Ésta es la tercera vez que ocupa su Presidencia; antes tuvo esa responsabilidad entre los años 1972 y 1976. "Administrar al Salvo es más difícil que administrar el país", bromea García Viera. Luego, cambia el rictus y admite: "hubo administraciones anteriores que fueron un verdadero desastre".
Sus apreciaciones pueden llegar a confirmarse en "pequeños" detalles, como la desaparición de algunos ornamentos de bronce de las escaleras, que se encontraban allí desde que el Salvo fue inaugurado en 1928.
Aunque por ser un edificio patrimonial debería estar exonerado del pago de la Contribución Inmobiliaria, la IMM quitó hace años ese beneficio al Salvo reclamándole que hiciera obras de reacondicionamiento, sobre todo en su fachada.
La Sociedad Anónima del Salvo administra los dineros de sus accionistas: quienes viven allí no tienen títulos de propiedad, sino acciones nominativas "con derecho a goce" de las unidades. Ahora, muchos de estos accionistas pasarán a pagar el doble de gastos comunes (de $ 2.500 a $ 5.000) para hacer frente a la deuda con la comuna.
Luego, faltará que la Intendencia y el gobierno nacional asuman su cuota parte de responsabilidad por el mantenimiento de esta postal del país.

La deuda.

La Comisión Administradora anterior dejó de pagar la Contribución, lo que generó una deuda que a 2013 es de $ 54 millones. La Junta Departamental aprobó mediante decreto una quita que llevó esa cifra a $ 29.541.986, pero según García Viera, "resulta dificultoso pagarla, porque el Palacio tiene pequeños propietarios jubilados y accionistas algo mayores".
"Como el plan de pagos es a 48 meses, en ese tiempo la deuda se nos va, con el interés, a $ 43.000.000 (unos US$ 2 millones). Si no hubiera tenido intereses, nos habría ido mejor, pero se aprobó así. Los intereses empezaron a correr a partir del 8 de noviembre; o sea que de intereses llevamos $ 300.000 más", añadió el administrador.

Edificio patrimonial.

El francés Le Corbusier, considerado el gran maestro de la arquitectura moderna, bautizó en 1930 al Salvo como "enano con galera". También tuvo el tupé de recomendar su demolición como forma de contribuir a la estética de la ciudad. Lo que sí es cierto es que el arquitecto italiano Mario Palanti priorizó la fachada de estilo ecléctico y Art Decó sobre la comodidad del interior, lo cual derivó, entre otras cosas, en pasadizos y espacios que desafían todas las convenciones arquitectónicas.
Pero también es cierto que el Salvo es una joya edilicia y leitmotiv de muchas de las postales de Montevideo, además de Monumento Histórico Nacional desde 1996. Todas estas características generan deberes y restricciones a los propietarios, pero también obligaciones de parte del Estado.
García Viera: "En el año 1970 se aprobó la ley 14.040 sobre Patrimonio Artístico y Cultural de la Nación. Yo colaboré en el anteproyecto de esa ley con el profesor Juan Pivel Devoto y otras personas. En esa ley se preveía que el 50% de lo necesario para mantener los edificios que se declararan monumentos históricos debía ser aportado por el Estado, y el otro 50% por parte de los propietarios. Esto desgraciadamente no se llevó a cabo", explicó el administrador del Palacio.
"Luego, cuando el Ministerio de Hacienda (Economía) se dio cuenta que esos fondos estaban en Educación y Cultura, se los llevó Rentas Generales. Esa es la historia de porqué la Comisión del Patrimonio comenzó a tener dificultades y los edificios patrimoniales no tuvieron ayuda del Estado", añadió.
El administrador del Salvo dijo que en su momento se discutió mucho si la declaración de "Monumento Histórico" era o no una carga (por cuanto no permite hacer intervenciones radicales o modificar las líneas fundamentales de los inmuebles). "Pivel y yo decíamos que había que sentirse honrado con esa declaración", sostuvo.
"Las limitaciones se compensaban con el 50% que debía aportar el estado y que hoy no se aplica", anotó García Viera.

Proyectos.

El Salvo logró bajar gastos. "Yo no cobro nada. Con lo que le pagábamos al anterior administrador, nos ahorramos $ 100.000", señala García Viera mientras camina por los pasillos con pisos de mármol y las luces se encienden a su paso: la inclusión de luminarias con fotocélulas fue otra de las medidas que permitió bajar el enorme gasto de UTE.
García Viera espera saldar la deuda con la IMM, hacer un mirador en el que se pueda cobrar entrada y recuperar elementos históricos como el gran vitral de Enrique Albertazzi, de la década del `20, ubicado en la escalera principal entre el primer y el segundo piso. La obra representa a un grupo de inmigrantes que tiran desde tierra una cuerda asida a un barco, llegando a una "tierra prometida" con árboles frutales.
Albertazzi también colaboró en la creación de los vitrales del Palacio Legislativo, pero al parecer su obra en el Salvo seguirá deteriorándose. "El ministro de Educación, Ricardo Ehrlich, se interesó en el tema, pero la Comisión de Patrimonio no tiene fondos", precisó García Viera.
Otro de los proyectos de la administración del Salvo es la colocación de los portones originales -recuperados el año pasado- que estaban en el pasaje que conecta la Plaza Independencia con la calle Andes. Se trata de ocho hojas de hierro fundido de 800 kilos cada una.
Los portones habían sido trasladados por los propietarios del Palacio en 1949 a la cabaña Nueva Mehlem, un establecimiento rural de Río Negro, adquirido por Lorenzo Salvo antes de la construcción del edificio.
Gracias a la intervención de García Viera y Hugo Romay Salvo, los portones pudieron ser recuperados. Ahora resta que sean reacondicionados y colocados en su ubicación original.

Las cifras

US$ 2:

Es la deuda que el Palacio Salvo tiene con la Intendencia si se calculan los intereses. El administrador asegura que será saldada.

10%

Es la morosidad entre los accionistas. La mayoría de las unidades están destinadas a viviendas, aunque también hay empresas.

HACIENDO FRENTE A LA DEUDA

La Comisión Administradora anterior del Palacio Salvo dejó una quita que llevó esa cifra a $ 29.541.986, pero según el nuevo administrador, Abelardo García Viera, "resulta dificultoso pagarla, porque el Palacio tiene pequeños propietarios jubilados y accionistas algo mayores. Como el plan de pagos es a 48 meses, en ese tiempo la deuda se nos va, con el interés, a $ 43.000.000" (cerca de US$ 2 millones), precisó.
Una de las medidas que aplicó la nueva administración para hacer frente a la deuda fue duplicar los gastos comunes de $ 2.500 a $ 5.000. Pero las unidades -además de antiguas- son en muchos casos pequeñas, sin garaje, por lo que tampoco se puede pedir demasiado.
La IMM podría dejar de cobrarle la Contribución por tratarse de un edificio patrimonial, pero los accionistas deben hacer primero su parte. García Viera considera que la Comisión de Patrimonio, que él integró, también debería aportar para la recuperación del edificio.

Abelardo, el alma mater del Palacio

Abelardo García Viera (75) tiene varios apartamentos de altura en dos de los pisos del Palacio Salvo, el cual conoce como pocos por haber vivido allí durante 45 años.
Sin embargo, él y su esposa hoy están instalados en una propiedad a pocas cuadras de distancia, entre otras cosas porque sus libros prácticamente no lo dejan ingresar a sus apartamentos en el Palacio.
"Tengo 50.000 libros", asegura el administrador del Salvo. Una breve observación a dos de sus unidades parece confirmarlo. Quien no lo conoce, recibe la impresión de estar frente a un acumulador compulsivo.
Una vez, una muy conocida empresaria argentina le dijo que él era el dueño "del apartamento más lindo del Río de la Plata". La vista de esa unidad es única, eso es indiscutible: la vastedad, tanto de la ciudad como del río, se despliega frente a los ojos cuando se abren las ventanas.
García Viera fue durante más de diez años secretario de la Comisión de Patrimonio. También se desempeñó como presidente del Archivo General de la Nación.
Hoy, quiere dar "una mano" al Salvo ocupando por tercera vez su Presidencia, esta vez de forma honoraria. Y no tiene reparos al decir que la administración anterior fue "pésima".
En el icónico edificio, García Viera se mueve como pez en el agua. Saca manojos de llaves, sube escaleras, toma ascensores, se trepa a la cúpula, toca puertas y es recibido amablemente por distintos vecinos, como el publicista José María Reyes y la vedette Tina Ferreira. Ésta lo mira como diciendo "estoy ocupada", pero sin perder su atractiva sonrisa.
El administrador del Palacio Salvo es amante de la Historia y de la belleza femenina. No tiene empachos en reconocerlo y esa condición la exuda en cada frase y movimiento que hace.
Sus anécdotas son infinitas: la de Rosa Luna cuando lo invitó a bailar con ella; las de conocidos políticos con sórdidos romances; las suyas propias... Como para hacer un libro.

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