ESA CAJA BOBA QUE NOS TRATA COMO IDIOTAS
¿Qué tiene Luis Lacalle Pou que no
tiene ninguna otra estrella de televisión?: Poder. Los que trabajan
en televisión tienen poder, pero Lacalle Pou tiene más porque es un
político y ya gobierna desde la oposición y podría llegar a ser
Presidente. Además ha utilizado con inteligencia a los medios de
comunicación esta semana. Definitivamente es un hombre poderoso.
Por Matías Rótulo (en Semanario Voces
432)
Todos hablan de su renovación o su
conservadurismo, de su simpatía o su falsedad, de su familia casta
de gobierno tradicional y con sangre blanca, pero se olvidan de
mencionar su poder vestido de inocencia. No es la misma inocencia
llorona de Pedro. La inocencia, Luis la construye a partir de
retórica de la humildad. Empezó presentándose como un segundón
con esperanzas y ahora se posiciona en la cima del Cerrito (o del
Edificio Malecón en Pocitos) y nos mira a todos aplaudiéndolo como
focas. La televisión lo acompaña como una esclava desde el domingo
y se somete a él mirándolo con una fingida neutralidad, especulando
con la posibilidad de verlo en el sillón de la Torre Ejecutiva. Si
Luis se sienta en ese sillón, los dueños de los canales se
acomodarán también en alguna butaca de privilegio y alcahuetería,
tal como lo han hecho sistemáticamente (Dictadura incluida) con
todos los gobiernos.
¿Cómo demuestra Luis Lacalle Pou su
inmenso poder? Con la palabra, la imagen, los votos y el respaldo de
un partido político histórico (además cuenta con un enorme aparato
de marketing y económico). La palabra es poder y cuando alguien le
cede la palabra al otro, le permite hacer uso de ese poder. Piense en
José Hernández dándole voz al gaucho desplazado y temido,
representado en el matrero Martín Fierro: el gaucho tuvo poder.
Desde el domingo, le dio la palabra al otro para que el otro (el
periodista) le pregunte cosas tan banales como intrascendentes: su
vida, su campaña, su éxito, y muy poco de su plan de gobierno. El
domingo de noche, Luis Lacalle Pou le dio la palabra a Tabaré
Vázquez y lo dejó hablar por televisión. No quería salir hasta
que no terminara su competidor. El jovencito le dio poder (da poder
quien lo tiene) al viejito y le cedió la palabra, y por más que el
viejito anunció diez medidas de gobierno, el tono torpe, asustado,
tembloroso, y descontracturado del joven Luis Lacalle Pou opacó al
entrajado estadista. Luis Lacalle Pou tenía la posibilidad de
empezar a hablar cuando hablaba Tabaré y ser ignorado por los
canales de televisión. Entonces esperó, y tuvo su premio.
Desde el Frente Amplio se mordieron los
labios viendo cómo la frutilla de la torta televisiva la ponía el
poderoso blanco.
Él fue el protagonista de la noche
desde el momento mismo en que las encuestadoras dieron como un vómito
los resultados de los demás partidos y se demoraron entre quince y
cuarenta minutos en dar los del Partido Nacional. Con los blancos
dudaron, titubearon, le pusieron suspenso ¡Eso es tener poder Luis!
Tabaré habló y se fue a dormir o a
sembrar rosas en el Prado. Luis Lacalle Pou, horas después de su
discurso se fue vestido de lagaña (no de Larrañaga) a Telebuendía.
El lunes se paseó por las radios, y más informativos. Lacalle Pou
mostraba su cara triunfante, con el “aguante” y la resaca de la
fiesta.
Mientras en la sede del Partido
Nacional se escuchaba por televisión que uno gritaba “vamos a
mamarnos” en el medio del discurso de Lacalle Pou, un grupito de
señores bien conocidos por todos nosotros cantaban “Tabaré,
Tabaré”, con el mismo tono de bienvenida al Papa Juan Pablo II en
Tres Cruces, donde las fieles damas del club floral de alguna Iglesia
entonaron al unísono “Juan Pablo segundo te quiere todo el mundo”.
Mis alumnos adolescentes de catorce
años, días antes de la elección cantaban la canción de Lacalle
Pou en el recreo. ¿No saben que ese que ven por televisión quiere
juzgarlos como adultos en caso de cometer una falta? No, porque lo
que vieron por televisión fue una canción pegadiza y a un hombre
más cercano a ellos en edad que los otros señores adultos.
El lunes fui a la panadería y en la
televisión estaba él. La panadera no me atendía porque estaba
atenta escuchando lo que se decía. “¡Qué increíble que sea
candidato!” me comentó y agregó “tuvo mejores propagandas que
Tabaré”.
Nota: Siendo las 23:10 del martes 3 de
junio pienso que el poder de este hombre es tal que no dejamos de
escribir de él, inclusive yo. Repaso las notas que saldrán el
jueves en Voces y casi todas hacen referencia directa o
indirectamente a Luis Lacalle Pou. Desde la izquierda, en las redes
sociales, no dicen nada sobre Tabaré, sólo recuerdan que Lacalle
Pou tiene propuestas conservadoras y es hijo de... El retador paso a
ser el retado: eso es tener poder.
Yo estoy de acuerdo que a los jóvenes se nos trate como adultos, tengo 14 años y estoy de acuerdo con la baja de edad de imputabilidad.
ResponderEliminarSr. anonimo: los jovenes o niños son solo eso "jovenes o niños", los adultos somos "adultos", no creo que ningun niño sea chorro por eleccion sino que las circunstancias de su vida lo llevan a eso, quizas tu tengas una familia integra que te enseño valores pero todos no tienen esa posibilidad.
EliminarSr. anónimo. ¿Usted tiene 14 años y está escribiendo en blogs sobre proyectos de gobierno? Lo felicito. Usted tiene un próspero futuro por delante. Yo tengo 22 semanas de gestación y no estoy de acuerdo con el aborto legal.
ResponderEliminaraguante el frente vieja dejate k blanco ni blanco
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