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martes, 29 de abril de 2014

Coronel. Próspero Germán Legelen. HISTORIA DE SANTA TERESA Y SAN MIGUEL. Por Julio Dornel.

                                                  Escritor y periodista Julio Dornel

                                                  Coronel Próspero Germán Legelen

Ubicadas en lugares estratégicos del departamento, las históricas fortificaciones de Santa Teresa y San Miguel, se han convertido en uno de los mayores atractivos del turismo que llega anualmente al departamento, conservando dentro de sus petrificadas murallas, las principales reliquias de nuestro pasado histórico. Para conocer detalles sobre estas construcciones y su conservación, ofrecemos un detallado informe del Sub Jefe del Departamento de Estudios Históricos del Estado Mayor del Ejército, Coronel Próspero Germán Legelen: 
“El 20 de febrero de 1929, se crea la División Archivo e Historia en el Estado Mayor del Ejército, y en el año 1941  la Cuarta División del Departamento Territorial, la cual contaba con una Sección de Bibliografía y una Sección de Historia y Archivo. En el año 1964, se crea en el Departamento E1 (Personal) del Estado Mayor del Ejército, la División Biblioteca, Historia y Archivo. En el año 1973, en el Reglamento de Organización y Funcionamiento del Estado Mayor del Ejército, se crea el Departamento de Estudios Históricos, con las siguientes funciones:
- Investigación de la Historia Militar Nacional.
- Conservación e Investigación de los Archivos.
- Desarrollo de los Museos Militares.
El Departamento de Estudios Históricos del Estado Mayor del Ejército tiene a su cargo:
- El Museo Militar 18 de Mayo de 1811, creado el día 22 de setiembre del 2002.
- La Fortaleza General Artigas, en el Cerro de Montevideo - 1809.
- La Fortaleza de Santa Teresa - 1762.
- El Fuerte de San Miguel - 1737.
Las Fortificaciones de San Miguel, Santa Teresa y  el Cerro de Mdeo.
La estratégica situación de la Banda Oriental, como guardián del Río de la Plata, llevó a que Portugal primero y España después, levantaran fortificaciones en ella. La construcción de las mismas se puede establecer en dos etapas: la primera debido a las guerras entre España y Portugal, que motivó la construcción de los Fuertes de San Miguel y Santa Teresa, y la segunda, consecuencia de las Invasiones Inglesas de 1806 - 1807, motivó la erección del Fuerte o Castillo del Cerro de Montevideo, para completar las obras defensivas de la Plaza de Montevideo.
El Fuerte de San Miguel y la Fortaleza de Santa Teresa.
La erección de las fortificaciones de San Miguel y Santa Teresa es consecuencia directa del conflicto de Límites entre España y Portugal, que comenzara en el siglo XVI con la Colonización portuguesa en América del Sur. Este conflicto se hará intenso en la Banda Oriental, a fines del siglo XVII, cuando los lusitanos establezcan la Plaza Fuerte de la Colonia del Sacramento y más tarde en el siglo XVIII, en 1723, cuando traten de fortificar la Bahía de Montevideo, único puerto natural existente en el Río de la Plata, con amplia capacidad de suministro de agua potable y alimentos, así como, con protección contra las grandes tempestades.
De esta manera debido al intento portugués de fortificar la Bahía de Montevideo, desbaratado por Zabala, éste fundará la ciudad puesta bajo el patronazgo de San Felipe y Santiago, la que dará lugar a un importante núcleo militar y civil.
El fracaso lusitano, no impedirá sin embargo, el intentar nuevas poblaciones a fines de 1737, tratando de establecerse en Maldonado, punto que es desechado por inhóspito, por la expedición del Brigadier Silva Páez, lo que llevará e éste a levantar un fuerte en las serranías de San Miguel.
Así, en octubre de 1737, comenzará la edificación definitiva del Fuerte de San Miguel por parte portuguesa. 
En 1734, los españoles tenían una construcción precaria, constituida por un cerco defensivo y algunos ranchos  de palo a pique y barro, realizada por el Alférez de Dragones Esteban del Castillo.
La planta del Fuerte de San Miguel, es un cuadrado con cuatro Baluartes, presentando foso y puente levadizo, ajustándose así en gran parte a lo que imponían las reglas de la escuela de fortificación de esa época, denominada abaluartada y que había sido impuesta por el Mariscal Vauban en el siglo XVII. Para su construcción se utilizó piedra acuñada. Su perímetro es de 300 metros.
En 1762, previéndose una nueva guerra con España, los lusitanos deciden fortificar el punto denominado Castillos Chicos, en territorios que según el Tratado de la Permuta de 1750 eran de la Corona portuguesa y que, al ser dejado sin efecto dicho tratado en 1761, seguían siendo españoles. Dicho punto era inmejorable ya que, siendo una estrecha franja de tierra firme entre los bañados al nor-noreste, y el océano hacia el sur, era la única vía para una penetración armada, dirigida hacia la Banda Oriental o Río Grande, según  quien llevase la guerra.
En los primeros días del mes de octubre de 1762, se hace presente el Coronel Osorio, enviado portugués en la zona, con la misión de fortificar el punto. De inmediato dio comienzo a la construcción de los fosos y obras de fajina, todo lo cual es puesto bajo el patronazgo de Santa Teresa.
A principios de 1763 el Gobernador de Buenos Aires don Pedro de Ceballos da comienzo a las operaciones contra los portugueses, dirigiéndose primero contra la Colonia del Sacramento, la que es tomada. Luego prosigue su marcha hacia Río Grande del Sur, capturando Santa Teresa y San Miguel.
Una vez lograda la paz en ese año, el Gobernador de Buenos Aires, decide levantar en Santa Teresa una fortificación de envergadura, para cortar todo avance lusitano hacia la Banda Oriental por el sur, a través de la zona ahora llamada Angostura de Castillos, antes Castillos chico.
Dicho punto sería fortificado con una construcción destinada a convertirse en una de las más importantes de España en el Atlántico Sur.
Los planos fueron realizados por el Ingeniero Rodríguez Cardozo y ampliados luego por el Ingeniero Bartolomé Howel. El trazado de la misma corresponde al de un pentágono irregular de 25 caras y con 5 ángulos salientes que forman 5 baluartes. El área ocupada por la construcción es de una hectárea, 61 áreas y 3 metros. El perímetro es de 642 metros. Sus muros están construidos de doble pared de piedra de sillería, unidas por estribos, y  relleno el espacio entre ambos muros con tierra y cascote, a los efectos de resistir las vibraciones de los disparos de artillería.
Al mismo tiempo contribuyó a conferir mayor seguridad a la obra, el complemento de un foso y parapeto de tepes y tierra, que cortaba el camino desde la fortaleza al bañado y hacia el mar.
La Restauración.
En 1917, el Historiador Horacio Arredondo, realiza su primer viaje a Rocha, acompañado de su amigo César Ferreira, y llega a la Fortaleza Santa Teresa, luego de pasar por muchas dificultades en los caminos. Es así que se propone tres objetivos: escribir su historia, realizar su restauración y contener las dunas que prácticamente cubrían sus murallas.
Visita el Fuerte San Miguel, la fuerza de la naturaleza lo había invadido y su destrucción era total.
En 1919, logró interesar en su proyecto al Presidente Baltasar Brum, el cual viaja con él y comitiva. Gratamente impresionado, lo comisionó para comenzar la restauración junto con el Arquitecto Fernando Capurro y el Jefe de la Oficina de Construcciones Militares, Coronel Arquitecto Alfredo R. Campos.
En 1923, comenzó la restauración con un grupo de 12 soldados de la Unidad destacada en Rocha.
En 1927, el Dr. Alejandro Gallinal obtiene los fondos para la continuación de la obra. Se forma la primera Comisión integrada por el Coronel Arquitecto Alfredo Baldomir, Jefe de Construcciones Militares y el Arquitecto Fernando Capurro por la Sociedad Amigos de la Arqueología y don Horacio Arredondo por el Instituto Histórico.
En 1937, comenzó las obras de restauración del Fuerte San Miguel. El grado de su destrucción era total. Los higuerones se habían adueñado de los muros. Estaba rodeado de un espeso monte nativo.
La reconstrucción no fue fácil, en dos oportunidades una parte de los muros  ya rehechos por trabajadores a órdenes de Capataces foráneos, se derrumbaron.
A partir de ese momento se propuso un hombre del lugar, don Gregorio “coco” García, quien dijo: Acepto con la condición que los trabajadores pertenezcan a este lugar.
Fortaleza Santa Teresa.
Por Ley Nº 8172 del 26 de diciembre de 1927 es declarada Monumento Histórico Nacional.
Museo de sitio histórico donde la exposición recrea el aspecto de una fortaleza del siglo XVIII y la evolución militar de la dominación española.
Fuerte San Miguel.
Por Ley Nº 9718 del 29 de octubre de 1937 es declarada Monumento Nacional al Fuerte de San Miguel y Parque Nacional al área que lo rodea.
Actualmente expone reconstrucciones de ambientes del siglo XVIII y un museo del Uniforme.
Tiene dos anexos:
Museo Criollo: Exposición que se centra en la historia del transporte a sangre  y en los diferentes aspectos de la vida rural en el Uruguay.
Museo Indígena: Partiendo de la base de la Colección Etnográfica donada por el Historiador Horacio Arredondo, se presenta la evolución de la imagen del indígena en la confrontación con el colonizador y los aspectos materiales de su vida.
Abierto al Público.
Temporada baja: de miércoles a domingos de 13.00 a 18.00 horas.
Temporada alta: diciembre, enero, febrero, turismo. Todos los días de 11.00 a 19.00 horas.

Bono Colaboración.
De $ 20 por persona mayor de 12 años y menor de 65 años. La entrada es gratuita para delegaciones de estudiantes, previa solicitud, enviada al correo electrónico: museosmil@hotmail.com , o al Fax 4474 6541.
Cantidad de visitantes.
Fortaleza de Santa Teresa:
Temporada alta: un promedio de 9000 visitantes.
Temporada baja: un promedio de 1500 visitantes.
Menores de 12 años: 5000 en el año.
Mayores de 65 años: 5700 en el año.
Estudiantes: 3500 en el año.
Fuerte de San Miguel:
Temporada alta: un promedio de 2300 visitantes.
Temporada baja: un promedio de 650 visitantes.
Menores de 12 años: 2500 en el año.
Mayores de 65 años: 1100 en el año.
Estudiantes: 1400 en el año.

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