Escritor y periodista Julio Dornel
Fue sin ninguna duda la reina de los carboneros fronterizos durante las últimas décadas del siglo pasado, marcando presencia en las reuniones bailables y asistiendo a todos los encuentros del Peñarol fronterizo. No exageramos al decir que Yolanda asistía también a las prácticas de Peñarol.
Es curioso verificar en las pequeñas poblaciones la presencia de algunos personajes populares que dejan huellas transitorias o definitivas en determinadas instituciones. Ha trascurrido más de medio siglo y entre nuestros recuerdos se mantienen intactos los bailes del club Peñarol y los reinados de Yolanda. Cómo olvidar aquellos carnavales cuando los pocos habitantes se las ingeniaban para gastar en una semana, las alegrías economizadas durante el año. Por allí andaba Yolanda y sus seguidores con el rostro pintado, golpeando latas en un vano intento de sustituir los instrumentos musicales y ofrecer a los “socios” la sana alegría del mundo mágico de aquellos carnavales. Y vaya que lo lograba. Desde el arroyo Chuy, las bolsas repletas de “barba de viejo” que desde los añosos troncos se trasladaba a la cara joven de los disfrazados.
Los bailes de Peñarol y la figura legendaria de Yolanda y Amaral estaban profundamente ligados a los carnavales fronterizos que centralizaban la asistencia desde varias leguas a la redonda. Los bailes de Peñarol tenían ese “que se yo” con sabor mundano y reconocida fama lugareña. Yolanda y sus reinados en la institución, fueron fieles representantes de una época que pasó a la historia como una generación con estilo propio. El paso de los años le fue quitando lentamente su encanto popular. El Club Social, las discotecas y otros centros nocturnos, donde la gente se divertía o se aburría de otra manera fueron marcando su final. Las últimas décadas del siglo fueron anunciando su final y también Yolanda se fue quedando sin su disfraz, sin serpentina, el papel picado y fundamentalmente sin la alegría que había sido el elemento principal de estas festividades. El progreso fue llegando lentamente, mientras iban desapareciendo los carnavales que durante muchos años fueron el único elemento que inyectaba alegría a las venas de un pueblo que no necesitaba de otras inyecciones para ser feliz. Hemos conquistado muchas cosas. Todo es velocidad y competencia. Televisión, video, internet, MP3, celulares etc,etc. Los años se han encargado de blanquear cabezas, pero quedan en el recuerdo los bailes de Peñarol con las orquestas de “Bon Suceso” de “Pedro Policía” de los Hermanos Mello, Sal de Fruta y Víctor Hugo. Yolanda García, la reina legendaria de los carboneros fronterizos.
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