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lunes, 21 de julio de 2014

Acá en la tierra como en el cielo…Por Lilly Morgan Vilaró


En poco más de una semana del ataque del gobierno israelí contra territorio palestino en Gaza, ya son aproximadamente 435 los muertos causados por la artillería lanzada desde el aire, mar y tierra. Incluyendo 60 muertes ocurridas en una sola noche, la segunda después de la invasión directa de tropas israelíes a Gaza.
Según datos de la ONU, casi el 80% de esas muertes se han producido entre la población civil.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu ha reconocido a la prensa que sabe que sus ataques son los responsables de esas bajas entre la población palestina civil y hasta les ha expresado sus condolencias a los familiares de las víctimas.
Claro que su mensaje de empatía quedó un tanto desdibujado cuando agregó que igual seguirían bombardeando con todo lo que tiene a su disposición, que es mucho y de muy avanzada tecnología, hasta lograr su objetivo principal. Eliminar la capacidad operativa del grupo fundamentalista Hamas que, según Bibi Netanyahu, se esconde, con cohetes y burros-bomba, detrás de los civiles.
Los israelíes, dijo el primer ministro, no somos como los de Hamas, que utilizan a sus propios niños como escudos.
Supongo que para evitar eso, es que el gobierno israelí los está matando antes. Para que sufran menos, ya que morir a manos del enemigo es mejor que morir por culpa de un supuesto y dudoso amigo.
Por su parte, Hamas ha dicho que jamás se rendirá y que Israel pagará un precio muy caro por haber invadido a Gaza.
Y cumplió con su palabra, ya que a diferencia de sus poco efectivos cohetes, en la guerrilla urbana son mucho más letales. Mataron en una emboscada a 13 soldados israelíes y aseguran haber capturado vivo a otro.
Me imagino que después de esto, las transmisiones públicas por TV al aire libre de la “incursión” militar dentro de Gaza y las tardecitas de picnic, mirando desde las colinas del lado de Israel como los aviones bombardeaban barrios enteros, ya no son tan populares.
Como dice León Gieco, la guerra es un monstruo grande y pisa fuerte sobre la pobre inocencia de la gente. Pero también crea monstruos humanos que festejan muertes ajenas, en ambos lados del horroroso conflicto.
El otro conflicto bélico que se ha transformado en horroroso al caer, literalmente del cielo, 298 cuerpos de pasajeros y tripulación de un avión comercial, es el de Ucrania.
Otra vez, casi la misma cantidad de civiles atrapados en el medio de una guerra ajena, pero que, a diferencia de los palestinos de Gaza, levantaron un clamor generalizado de los gobiernos de los países que perdieron a sus conciudadanos que viajaban en el vuelo MH 17 de la Malasyan Airways.
Y hasta el gobierno alemán, que ha mantenido un silencio absoluto, por obvias razones, con lo que está sucediendo en Gaza, le pidió a Vladimir Putín que interviniese en el tema.
Los otros gobiernos que han mantenido silencio con lo que pasa en Gaza, sospecho que lo hacen por un sentimiento de culpa por no haber actuado, sus antecesores, en forma más rápida cuando Hitler exterminaba judíos en Alemania.
A veces pienso que si el pequeño austríaco se hubiese limitado a llevar a cabo sus limpiezas étnicas, raciales y contra todo lo que lo molestaba, dentro de Alemania, la segunda guerra mundial no hubiese existido.
Porque todos sabían lo que estaba pasando, pero solo se cabrearon en serio cuando las tropas nazis empezaron a cruzar las fronteras.
Volviendo a Ucrania: el gobierno de Usa ha determinado que el avión malayo fue bajado por un misil ruso que estaba en manos de uno de los grupos separatistas ucranianos. Y ha dicho y mostrado algunas imágenes que, según ellos, son pruebas irrefutables.
Viniendo de un país que dijo tener pruebas irrefutables de que Sadam Hussein tenía armas de destrucción masiva y procedió a invadir Irak, destruyéndolo y dejándolo en el estado que está ahora, para luego decir que se habían equivocado y no había tales armas, me provoca, como mínimo, ciertas dudas o sospechas.
Más que nada cuando además sostienen que la culpa de todo la tiene Vladimir Putín, por apoyar y armar a los rebeldes separatistas. Suena más a una escalada en las acusaciones mutuas en este reverdecer de la guerra fría que están haciendo Usa y Rusia.
Por el otro lado, me resulta un tanto insólito que si están intentando que los rebeldes separatistas le den acceso a investigadores internacionales al lugar en donde cayeron los restos del avión y sus pasajeros, tanto Usa como el gobierno pro norteamericano ucraniano, se refieran públicamente a ellos como borrachos y bastardos.
Me parece que no ayuda al diálogo ni mucho menos a lograr ese acceso.
Putín, por su parte, está en una situación delicada. Si les dice públicamente a los borrachos y bastardos rebeldes que no sean brutos y dejen entrar a los investigadores, estaría admitiendo que Rusia sí está apoyándolos y que tiene poder de mando sobre ellos.
Que es lo que está diciendo USA. Para así justificar más sanciones o hasta alguna intervención militar directa en Ucrania.
Putin ni piensa pisar el palito. O sea, podrá ser loco, pero no masca vidrio. Así que probablemente les mandó el mensaje por vía privada, a los ya- sabemos- qué- rebeldes, y estos, a pesar de que USA y Ucrania siguen insistiendo que no es así, están permitiendo que los investigadores entren a la zona y dirijan las tareas de rescate de los cuerpos que ya estaban haciendo, medio a los chambonazos, los locales del lugar.
Reitero y comparto lo que dice Gieco: “La guerra es un monstruo grande y pisa fuerte sobre la pobre inocencia de la gente.” Y agrego que además de pisar inocencias, pisa a la gente.L.M.V.







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