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martes, 22 de julio de 2014

LEONARDO GARET CONSAGRADO ESCRITOR SALTEÑO. Por Julio Dornel

                                                 Escritor y periodista Julio Dornel


La buena lectura que nos ofrece Leonardo Garet, dificulta nuestra elección en el momento de sugerir alguno de sus libros. Llegó a Chuy en forma accidental, siguiendo los rastros de otro salteño ya desaparecido que había llegado a esta frontera en la década del 60, José María Rondan Martínez. Algo le arrimamos para su trabajo literario, y la reciprocidad no hizo esperar enviándonos varios libros de su autoría, entre los que podemos destacar “Encuentro con Quiroga”, La Pasión Creadora de Enrique Amorín”, “El Libro de los Suicidios”, “La Sencilla Espiral de los Sucesos” y “Viaje por la Novela Picaresca”. En la solapa de Quiroga se detalla una vasta obra literaria que pasa por la narrativa, la poesía, y un centenar de críticas literarias. Hemos comenzado por “ENCUENTRO CON QUIROGA” por ser uno de nuestros autores preferidos, encantándonos con un excelente trabajo de investigación que nos lleva sin mayores dificultades por los caminos de la historia, sin abandonar en ningún momento el intrigante relato de su trágica vida.
CARA A CARA CON LA SELVA
En la página 15 bajo este título señala que “existió una identificación de Quiroga con el personaje, el accidente y el paisaje propios de la selva, debido no a ocasionales coincidencias o reconocimientos , sino a encastres perfectos de una filosofía con un paisaje vital. La autenticidad de la selva y convencionalismo ciudadano, es otra formulación de la pureza de la naturaleza y la corrupción del hombre. Lejanos los propósitos y los ideales que el hombre ha forjado a lo largo de su historia y lejanos, asimismo, los logros y las formas de que se viste y sirve, el destino del hombre se parece más a una burla que a una meta”. Señala más adelante que “Quiroga refugia su idealismo en la selva. Allí son más notorios los hombres que caen, haciéndolo irremediablemente, sin estructuras o frenos sociales, que atemperen o disimulen la tragedia. Allí el hombre muere sin intermediarios en su lucha. En soledad. La muerte se produce en la selva en toda su desolada grandeza, conformando cuadros épicos, como en Los Mensú, La Insolación, Los Desterrados, donde los papeles protagónicos y de coro, se suman y potencian mutuamente. Es necesario especificar el significado de la naturaleza, la selva y el monte para Quiroga, porque en esta línea se encuentra su ubicación valorativa dentro de la literatura latinoamericana”. Por estos caminos van transitando las 171 páginas del libro, para culminar con poemas dedicados por Samuel Glusberg, Fernán Silva Valdez, Alfonsina Storni, y Juana de Ibarbourou entre otros.


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