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lunes, 7 de julio de 2014

Sobre la performance electoral del Frente Amplio en junio Por Daniel Chasquetti



La performance electoral del Frente Amplio en las primarias del pasado 1º de junio abre muchas preguntas. Me gustaría reflexionar acerca de tres aspectos que no deberían ser pasados por alto: la baja votación; el pobre desempeño de los principales grupos; y la posible irrupción de un escenario interno fragmentado que mueva el centro de gravedad del partido hacia la izquierda.
1. Algunos análisis señalan que en esa instancia más de cien mil frenteamplistas no concurrieron a votar. Existen buenas razones para pensar que ello efectivamente fue así. Una forma de comprenderlo es realizar un ejercicio comparativo que controle la tasa de crecimiento entre octubre y junio. Así como los estudiosos del desarrollo del ser humano han encontrado que un bebé crece en el primer año un 50% de su talla, podríamos deducir cuánto crecen los partidos entre una y otra instancia electoral. Si se observa el cuadro 1 se verá que el Frente Amplio multiplica su tamaño por dos veces y media entre junio y octubre. Si aplicamos esta tasa de crecimiento al desempeño mostrado en las primarias de este año, encontraríamos que el Frente Amplio apenas superaría los 760 mil votos en octubre, es decir reuniría solo un 33% del electorado.
Esa proyección sería un resultado electoral calamitoso para el Frente Amplio. Dado que ninguna encuesta de opinión pública corrobora esa intención de voto (por lo menos en los últimos 50 meses), deberíamos descartarlo e incluso considerarlo absurdo. Por tanto, deberíamos aceptar que efectivamente el 1° de junio se generó un fenómeno no previsto de deserción masiva de ciudadanos frentistas. ¿Por qué sucedió esto?
Por el momento, se han ofrecido dos explicaciones serias. La primera es la que señala el escaso atractivo que tenía la competencia interna. Dado que la disputa por la candidatura presidencial estaba resuelta de antemano, los incentivos para participar eran extremadamente pobres. Además, los sectores políticos que integran el Frente Amplio no abrieron la competencia interna para conformar las listas de diputados como sí lo hacen los partidos tradicionales. Ese esquema habría provocado un desinterés masivo que redunda en una de las peores votaciones de su historia.
La segunda explicación refiere al posible desencantamiento de los votantes. Luego de una década en el gobierno, podría estar sucediendo que muchos ya no se sienten tan entusiasmados como antaño, cuando el Frente Amplio alcanzaba el gobierno y prometía cambios sustantivos en todos los planos. Si bien ello no significa que los desencantados abandonarán al Frente Amplio en octubre, supone sí un cambio cualitativo en el estado de ánimo general. Aquí convergen expectativas insatisfechas, incapacidad para agregar nuevas demandas, cansancio con el candidato, etc.
Ambas hipótesis parecen convincentes y pueden perfectamente explicar el "faltazo" masivo de votantes. La prevalencia de una u otra ofrece consecuencias políticas muy distintas. Si solo se tratase de un problema de competencia, los dirigentes de la izquierda no deberían desesperarse y su preocupación podría quedar limitada al análisis de un hecho circunstancial. Pero si el problema es el desencantamiento, el Frente Amplio tendría por qué alarmarse pues de aquí a octubre tendrán doble tarea: cambiar el estado de ánimo de sus simpatizantes y conseguir una movilización superlativa para ganar el electorado. No obstante, considero que en las primarias sucedieron ambas cosas. Una oferta poco atractiva para participar y una sensación de desánimo en ciertos sectores del electorado de la izquierda.
2.  El segundo aspecto que me gustaría analizar es el resultado de la competencia entre sectores. Llama poderosamente la atención el descenso electoral de los tres grandes grupos que han dominado la interna durante los últimos quince años. Mientras en las elecciones de 1999, 2004 y 2009, el Movimiento de Participación Popular (MPP), el Partido Socialista (PS) y el Frente Líber Seregni (FLS), representaban en conjunto el 60%, el 77% y 73% respectivamente del voto frenteamplista, en la elección de este año juntos sólo reunieron el 42%. Es cierto que el achicamiento de la votación frenteamplista pudo haber afectado el resultado de la competencia entre sectores. Como ya se ha explicado en anteriores columnas, en las elecciones primarias suelen participar votantes más ideologizados y más próximos al partido que en las elecciones nacionales. Pero aún así, no deja de sorprender el importante descenso de la votación de quienes dominaron la interna durante tanto tiempo.
El MPP sufrió una fuga importante de votantes hacia la lista de Sendic y ello tal vez se deba a que una parte del electorado considere a esta propuesta como una suerte de mujiquismo moderno (o post-mujiquismo) que mantiene el rumbo pero que se adapta a los nuevos tiempos del país. Otros votantes, en cambio, parecen haberse ido con Constanza Moreira y ello probablemente responda a un problema de preferencias ideológicas. Dado que Mujica y los principales dirigentes del MPP que están en el gobierno han moderado sus posiciones y en algunos casos han cambiado sus puntos de vista (en temas relativos al Ministerio del Interior, Defensa, etc.), es posible que una parte del electorado haya visto en Constanza a alguien que realmente los interpreta. En uno u otro sentido, el poder de Mujica se debilitó en esta elección a favor de estas dos nuevas corrientes que precisamente surgen del seno del Espacio 609.
El FLS ha mantenido parte de su votación gracias al buen desempeño de Asamblea Uruguay. La votación de sus dos principales socios, que concurrían juntos en la lista 99738, fue mala en todo el país, salvo en el departamento de Maldonado donde el Intendente Óscar De los Santos hizo una diferencia. La pérdida electoral de los liderados por Michelini y Nin Novoa explica muy bien la baja del FLS y en parte, también el crecimiento de Sendic en algunos distritos del país (como por ejemplo, Salto). Constanza Moreira también pudo haber recibido votos de estas tiendas, pues algunos de los grupos que la apoyaron, como Magnolia o la Lista 1642, habían respaldado a Astori en la interna de 2009.
Finalmente, la proporción de votos del PS no se diferencia mucho de la alcanzada en anteriores elecciones internas, salvo que en esta oportunidad fue dirigida a un partido fracturado en dos grupos, tal cual lo demostró la Convención Departamental de Montevideo. El PS siempre ha tenido dos corrientes y ello ha sido útil para rastrillar votos en espacios ideológicos diferentes del electorado frenteamplista. Sin embargo, las opciones nunca estuvieron tan distantes ni generaron tanto desánimo entre sus militantes y simpatizantes. Es probable que en el marco de esas crisis, tanto Sendic como Moreira hayan abrevado del electorado que naturalmente sigue a este partido.
3. La contracara de la caída de los tres grandes es la emergencia de dos nuevas corrientes: Compromiso Frenteamplista de Raúl Sendic y la coalición de grupos que respaldó la candidatura de Constanza Moreira. Ambos reúnen el 38% del voto frenteamplista y representan una novedad que puede traer consecuencias políticas importantes.
En los anteriores procesos electorales, el patrón de distribución de votos entre los sectores del Frente Amplio en las elecciones primarias se reprodujo con pocas diferencias en la elección de octubre (ver cuadro 2). Si esto ocurre este año, el escenario interno del Frente Amplio puede cambiar en forma drástica. Por un lado, habrá más actores relevantes (al pasar de tres a cinco) y por otro, el centro de gravedad del partido se trasladaría un poco más a la izquierda de lo que actualmente está. Ambos factores pueden complejizar el esquema de gobernabilidad de un eventual gobierno de Tabaré Vázquez, tenga o no el Frente Amplio mayoría parlamentaria. En otras palabras, con más agentes con los que negociar en el Parlamento y con una mayor distancia ideológica entre el Presidente y el legislador promedio del partido, el proceso legislativo puede volverse más trabado e imprevisible.
Siempre se ha asociado la vigencia electoral de los tres principales grupos del Frente Amplio con la popularidad de las tres principales figuras de la izquierda. Los liderazgos de Vázquez, Mujica y Astori, tuvieron siempre como contrapartida a fuertes bancadas del PS, el MPP y el FLS. Si la capacidad electoral de los grupos se deteriora cabe preguntarse si ocurrirá lo mismo con los líderes. O sea, ¿los líderes estarán inmunes a un cambio del mapa de la interna? Una hipótesis en boga sostiene que la emergencia de Sendic y Moreira representa el comienzo de la renovación del liderazgo de la izquierda y esto traería consigo un cambio del escenario interno. Si ello efectivamente es así, deberíamos preguntarnos si el proceso se agotará en esas dos personalidades o si hay espacio para otros aspirantes. Sendic y Moreira pueden satisfacer perfectamente las preferencias del electorado típico de izquierda que en los últimos años sufragó por el MPP y otros grupos menores ubicados en la izquierda. Sin embargo, no parece claro que ellos puedan representar correctamente las exigencias de los votantes moderados o de centro izquierda, próximo al FLS o al ala renovadora del PS. Por ello, deberíamos pensar que existan condiciones todavía para que se agreguen nuevas figuras y si octubre y mayo del próximo año pueden ser coyunturas aptas para su emergencia.
Si mis inferencias no están equivocadas el Frente Amplio estaría en vísperas de ingresar en una nueva etapa de su historia que converge con la elección nacional. Por esa razón, parece razonable creer que los comicios tendrán un valor superlativo para el Frente Amplio no solo porque pondrá en juego su continuidad en el gobierno sino también porque se estará configurando el esquema que predominará en la próxima década.

Cuadro 1. Votación del Frente Amplio en Elecciones Internas y Presidenciales


Internas
Presidenciales
Crecimiento
Jun.- Oct.
Año
Votos
Porcentaje a
Votos
Porcentaje a
2004
440.331
43%
1.124.761
52%
255%
2009
441.091
41%
1.105.262
49%
251%
2014
297.856
30%
753.576 b
33% b
253% b
a. Porcentaje sobre el total de votantes de la elección
b. Proyección de votación en octubre de 2014 basada al crecimiento promedio mostrado en las últimas dos elecciones. El cálculo de la proporción se realizó a partir del número de votantes de octubre de 2009.

Cuadro 2. Votación de los tres principales sectores internos del Frente Amplio en las primarias de 2004, 2009 y 2014


Junio
Octubre

MPP
148.436
34%
329.555
29%
2004
FLS
110.530
25%
376.795
34%

PS
79.090
18%
161.965
14%







MPP
143.735
33%
368.786
34%
2009
FLS
121.995
28%
298.269
27%

PS
47.742
11%
161.178
15%







MPP
35.208
12%
?
?
2014
FLS
57.827
19%
?
?

PS
32.060
11%
?
?

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