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sábado, 24 de mayo de 2014

JULIO PEREZ Y GAMBETTA - CAMPEONES EN MARACANA Y LA CORONILLA Por Julio Dornel NOTA (5)

                                                  Escritor y periodista Julio Dornel


                                                    Julio Pérez en La Coronilla.


Los deportistas del norte rochense tuvieron la suerte de  ver jugar a Julio Pérez y Schubert Gambeta, cuando en la década del 70 defendían a Santa Teresa F. C. en el Torneo organizado por la Liga Regional.
Fue en esas circunstancias que durante sus escapadas a la frontera tuvimos la oportunidad de compartir algunos asados en el domicilio del Dr. Fulvio Cabrera. También los acompañaba en algunas oportunidades el capitán Obdulio Jacinto Varela. Destinos diferentes por clubes también diferentes: Nacional algunos, Peñarol el otro, pero unidos todavía por los ecos de la gran hazaña. Estos reencuentros en la frontera nos regalaban charlas interminables sobre el mismo tema; Maracaná, colocando frente a frente a los campeones del mundo. Julio y el “Mono”, se venían el día antes y el sábado esperaban el coche de ONDA que trasportaba al “Negro Jefe” para acompañarlo en su primera etapa; el bar del Pato Casal, donde los esperaban aficionados locales y algunos brasileños para las fotografías y firmas de autógrafos, a solamente 10 metros del país hermano que habían enmudecido el 16 de julio de 1950.

Allí estaban los viejos ídolos juntos como en Maracaná. El humor de Obdulio y la memoria de Julio prolongaban los encuentros con diálogos interminables sobre la consagración de Uruguay, reviviendo emociones que los años apenas habían atenuado.
El destino los había juntado sobre la línea divisoria, como queriéndole pedir disculpa al pueblo brasileño por aquella derrota en su propia casa. Han pasado 64 años de poco fútbol y muchas derrotas.
Sin embargo renacen las esperanzas. El actual seleccionado ha cumplido con creces, puede ganar o perder ante los mejores del mundial. Una conducta deportiva elogiable los hace respetar a la pelota y al adversario. Caras nuevas que nunca se habían puesto la celeste, ni pensaban en la titularidad que les dio el maestro. Cuando se dieron cuenta ya estaban en la cancha. También la experiencia de otros ha sido fundamental para dar solidez a la base del equipo con mucha personalidad y sacrificio. Nos cuesta incursionar en el elogio cuando todavía estamos a varios días del mundial. Sin embargo debemos reconocer la categoría internacional de este equipo que apretando los dientes y sufriendo hasta el último minuto determinó el regreso de varias selecciones a sus respectivos países.
Nadie puede negar que rayen a nivel mundial con mentalidad ganadora y aunque pocos lo pensaran sus nombres se han metido en la prensa del mundo. Ha llegado la hora de la verdad y por primera vez en la historia del fútbol uruguayo, no les exigimos el título de campeones, aunque  tampoco descartamos esa posibilidad.

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